«Que
la sociedad está cambiando y el futuro cada vez es más incierto
ya es un hecho». Así ha comenzado su intervención Francisco
Diéguez, director general del Instituto de Tecnología de
la Construcción, que ha presentado el informe Euroconstruct de invierno
2019 junto con Josep R. Fontana, jefe del departamento de mercados de ITeC.
Aunque en Europa no se espera que el crecimiento se interrumpa, Euroconstruct
asegura que no se han alcanzado las expectativas del informe de verano,
ya que la economía global está aflojando. En este sentido,
aunque existe crecimiento, está aflorando una mayor hostilidad al
riesgo que puede ser perjudicial para el sector. Los pasados informes presagiaban
dificultades para este año, que finalmente no se han llegado a materializar
en su totalidad, ya que se prevé un avance del 2,3 % al finalizar
el año.
“Si analizamos
los últimos cinco años, podemos decir que el 2019 marcará
un antes y un después. Cerramos un ciclo que empezó en 2016,
en el que la construcción ha crecido por encima del crecimiento
del PIB, por tanto, se puede decir que el sector de la construcción
es uno de los motores que ha ayudado en el crecimiento económico”,
ha declarado el director general de ITeC. El problema será que entre
el año 2020 y 2021 la construcción pasará a ir a remolque
y su crecimiento será de 1 %. Este empeoramiento se verá
materializado durante estos dos años en Alemania y en Francia, aunque
este último solo sufrirá en 2021. Si el crecimiento se complica
en estos dos países con dimensión gigante, de manera irremediable,
perjudicará al agregado europeo.
Si hacemos
un balance de estos años, podemos decir que el sector de la construcción
ha crecido rápido y bien. Según el informe de Euroconstruct,
la producción del sector de la construcción a nivel europeo
ha crecido 178.000 millones de euros. Diéguez ha contextualizado
que “esa cifra equivale al PIB de países como Portugal o la República
Checa”. También ha querido recalcar que, “aunque los datos de este
informe no son muy optimistas, tampoco debe servir de apoyo para aquellos
que dicen que esto es el principio de una gran crisis, ya que, aunque el
crecimiento sea muy débil, vamos a seguir haciéndolo”.
Por su parte,
Josep R. Fontana, en un intento de aportar luz a estos insatisfactorios
resultados, se ha centrado en el contexto europeo para centrarse más
tarde en España.
EDIFICACIÓN
RESIDENCIAL COMO PRINCIPAL FACTOR DE RIESGO ECONÓMICO DEL SECTOR
La edificación
residencial ha sido, durante estos años, un pilar fundamental en
este desarrollo positivo, siendo el culpable del 40 % del crecimiento económico,
según el jefe de departamento de mercados de ITeC. Asimismo, ha
añadido que “desde 2013 no estamos acostumbrados a ver resultados
tan negativos respecto al crecimiento de la vivienda”. Según Euroconstruct,
el ciclo del sector residencial se está agotando de manera natural
y podemos observar consecuencias como la subida del precio de la construcción
de la vivienda, debido al aumento de exigencias que encontramos al construir,
pero también porque cada vez cuesta más encontrar mano de
obra, sobre todo especializada. Hay déficits de suelo y todo esto
repercute en la escala de precios, que han aumentado considerablemente.
El ciclo de
la edificación residencial no se manifiesta de una manera sincronizada
en todo el continente: de los 19 países observados por Euroconstruct,
en cinco de ellos la producción ya ha tocado techo claramente y
se está contrayendo, mientras que en otros cuatro se prevé
que la inflexión llegue en algún momento entre 2019 y 2021.
En los diez restantes la previsión hasta el 2022 aún no contempla
que el crecimiento se interrumpa.
Para explicar
esta situación, Fontana recurre a una metáfora donde hace
referencia a un grupo de países que han tenido un sueño,
estaban durmiendo en la cama y les ha sonado el despertador. Entre estos
despertadores hay algunos que han sonado ya y les han hecho salir de ese
estado de felicidad; hay otros en los que les sonará durante el
periodo de previsión y, por último, habrá algunos
que no tienen alarma programada y continuarán en el país
de los sueños.
Los países
que durante los años 2017 y 2018 les ha sonado la alarma son Francia,
Suecia, Noruega, Suiza y Finlandia. España se encuentra dentro de
los que les ha sonado la alarma en este 2019 y que empeoraran en 2020,
entre los que se encuentran también Alemania, Eslovaquia y Hungría.
Por último, los países que todavía podrán seguir
durmiendo y, por tanto, no les sonará el despertador serán
Austria, Italia, Bélgica, Reino Unido, Dinamarca, Chequia, Polonia,
Holanda, Irlanda y Portugal. Debido a ese goteo progresivo, el agregado
europeo se irá desacelerando en 2019 (1,8 %), se detendrá
en 2020 (0 %) y finalmente se contraerá en 2021 (-1,4 %).
La proyección
para 2022 (0,5 %) es reflejo de cómo buena parte de Europa no se
cuestiona que haya problemas graves en los fundamentos de la demanda residencial.
Tan solo hace falta un cierto ajuste por el lado de la oferta, algo que
tampoco es extraño en un sector que ha alcanzado un alto nivel de
producción tras haber crecido de manera ininterrumpida durante seis
años.
LA EDIFICACIÓN
NO RESIDENCIAL INMERSA EN UNA ATMÓSFERA DE CAUTELA INVERSORA
Los promotores
de nueva superficie demuestran una cautela aparentemente superior a la
de los inversores inmobiliarios, entre los cuales aún no se ha disipado
la euforia de los años anteriores pese a que los retornos se hayan
vuelto más modestos. Contempla que del 2% de crecimiento en 2019
se pasará al 0,2% en 2020. De nuevo, es el producto del empeoramiento
de unos pocos países, pero de gran peso específico. Nos volvemos
a encontrar con Alemania y Francia, como países afectados, a los
que esta vez, se suma el Reino Unido. Estos últimos confían
en que, a partir del año 2021, volverán a crecer y repercutirán
positivamente en el agregado europeo.
Se esperan
cambios en la estructura interna del mercado, ya que lo nichos con una
mayor participación de la promoción pública supusieron,
de 2016 a 2018, un paso atrás con respecto al crecimiento. Con todo
ello, crecerán hasta convertir a la construcción sanitaria
en el subsector más expansivo gracias a grandes avances en mercados
pequeños como Holanda, Irlanda, Noruega o Suecia. Del 2020 en adelante
los nichos movidos por la promoción privada no serán capaces
de alcanzar el ritmo de crecimiento del PIB, con dificultades añadidas
para la construcción industrial y la comercial.
LA INGENIERÍA
CIVIL SE CONVERTIRÁ EN EL MERCADO MENOS AFECTADO
La ingeniería
civil continúa padeciendo los problemas de gobernabilidad que han
puesto trabas a los presupuestos del estado, han mantenido inoperativos
a los ministerios y los órganos que gestionan las infraestructuras
y han retrasado decisiones de gran incidencia en este sector. Aunque para
el 2020 cuentan con una normalización administrativa, Euroconstruct
asegura que la obra pública acabará teniendo mucha prioridad
en el nuevo gobierno.
La ingeniería
civil se ha incorporado tarde a la recuperación, pero será
el mercado menos afectado por la incertidumbre. Buena parte de este mercado
son proyectos de gran envergadura y duración, financiados mayoritariamente
desde las instituciones públicas que tienden a salvaguardarlos.
La previsión
contempla un 2019 de crecimiento potente (5,1 %) seguido por un 2020 (2,6
%) y 2021 (2,2 %) en los que se dejará notar la ausencia de contribución
de Alemania, si bien es el único entre los grandes mercados en donde
la ingeniería civil plantea dudas. El nicho de mercado donde se
concentran las mejores expectativas de crecimiento es el ferrocarril, mientras
que los más discretos son carreteras e infraestructuras hidráulicas.
Desde la dirección
general de ITec, Diéguez ha querido señalar que “aunque los
datos que manejamos nos hacer tener cautela, sin ser buenos tampoco son
desesperadamente malos y confiamos que la recuperación vuelva al
sector de la construcción en 2020”.
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