El Ministerio
de Fomento usará drones para inspeccionar todos los puentes de más
de 300 metros de longitud. En las estructuras de grandes dimensiones con
tableros cajón visitables interiormente se realizará una
inspección principal de su interior y en las estructuras con tablero
tipo celosía metálica, que son especialmente sensibles a
la fatiga, se hará una inspección especial cuando antes solo
pasaba las llamadas inspecciones principales, enumera la respuesta escrita
remitida por el ministerio. A las estructuras metálicas de más
de 40 metros de luz de vano también se les pasará una inspección
especial. Para todas, tras estos exámenes, se redactará un
plan de mantenimiento en el que se fijen unos plazos de revisión
de cada uno de sus elementos. Todos los puntos de paso, esto es puentes,
pontones, pasos de peatones subterráneos, estructuras de grandes
dimensiones y pasarelas peatonales se revisan al menos una vez cada cinco
años pero aquí los resultados son de difícil accesos,
según dicen desde el ministerio "por cuestiones de seguridad.
El diario El
País ha tenido acceso a los datos que almacena el Ministerio de
Fomento sobre los puntos de paso de carreteras y resulta que hay 66 en
especial vigilancia porque presentan problemas de seguridad.
De acuerdo
con los datos que ha hecho públicos El País, en España
hay un total de 23.000 obras de paso; la mayoría son puentes y pontones.
Todos son sometidos
a inspección cada cierto tiempo. El País explica que "los
expertos que realizan las pruebas comprueban los daños desde distintos
puntos de vista y calculan unos índices (extensión, gravedad
y evolución) a los que se aplican algoritmos para obtener una clasificación
final que va del 0 al 100".
Tener pocos
puntos es bueno porque a menor puntuación, mejor estado.
Las estructuras
que obtienen más de 81 puntos presentan “patologías potencialmente
graves que pueden afectar a su comportamiento resistente” y son objeto
de un seguimiento especial.
Por comunidades
autónomas, Andalucía con 34, Galicia con 10 y Castilla y
León con nueve son las que acumulan más estructuras con problemas
de seguridad.
Tan solo 1.486
puentes en buenas condiciones
A partir de
21 puntos en la clasificación de estado, las estructuras presentan
deterioros de mayor o menor envergadura que “pueden tener una evolución
patológica que afecte a la durabilidad o a las condiciones de servicio”.
El País
contabiliza que del total de los 22.961 elementos de las carreteras españolas,
el 93% presentan algún grado de deterioro y que solo 1.486 son estructuras
“sin patologías evidentes o con deterioros sin consecuencias relevantes
para la durabilidad, condiciones de servicio o seguridad”.
Casi la mitad
de los puentes de carretera de España obtienen entre 41 y 60 puntos,
esto significa que el desgaste “puede suponer una reducción de las
condiciones de servicio o de la durabilidad de la estructura” y “puede
requerir una actuación a medio plazo”.
El mismo informe
al que ha tenido acceso El País, recoge que los 66 puentes con problemas
de seguridad, 19 han sido ya reparados mientras que otras están
reparándose o han sido demolidos (estaban en vías secundarias
y eran prescindibles).
Además
hay nueve casos en los que se están redactando las posibles soluciones,
mientras que el puente de la A-6, en León, están valorando
las medidas a adoptar.
66 PUENTES
CON GRAVES PROBLEMAS DE SEGURIDAD
Según
El País, solo el 6,5% de las estructuras de paso de la red de carreteras
del Estado no presentan anomalías de ningún tipo.
La red de carreteras
del Estado tiene 66 estructuras —en su mayoría puentes o pontones—
con graves deterioros o patologías que comprometen su seguridad
y que necesitan o han necesitado una actuación urgente para repararlas.
Cádiz y Málaga, con nueve cada una, son las provincias con
más infraestructuras en mal estado. La cifra supone apenas un 0,29%
de las casi 23.000 que se reparten por las carreteras gestionadas directamente
por el Estado, que asegura que en ningún caso hay o ha habido peligro
estructural de desplome ni riesgo para los usuarios. Solo el 6,5% de las
obras de paso no presentan anomalías de ningún tipo.
El Ministerio
de Fomento mantiene una base de datos, el Sistema de Gestión de
Puentes (SGP), en la que se detallan, fotos incluidas, las visitas de los
inspectores, las patologías que detectan y las medidas que se toman
para arreglarlas. Sin embargo, es de acceso restringido y el Gobierno se
niega a abrirla alegando “motivos de seguridad”. El derrumbe de un puente
en Génova (Italia) en agosto pasado puso de actualidad la cuestión
de la seguridad de las infraestructuras y de su mantenimiento, especialmente
tras una grave crisis económica en la que se hundieron las inversiones
en conservación. Mientras países como Alemania han hecho
públicos estos datos, España los ha mantenido cerrados a
cal y canto, lo que impedía conocer el estado de los puentes españoles
y el resultado de las inspecciones que pasan periódicamente.
Las casi 23.000
obras de paso —sobre todo puentes y pontones (87,2%), pero también
estructuras de grandes dimensiones, pasos inferiores peatonales o pasarelas
peatonales— han sido inspeccionadas al menos una vez en los últimos
cinco años, según datos oficiales del Ministerio de Fomento
obtenidos por EL PAÍS al amparo de la Ley de Transparencia. Durante
estos exámenes, los expertos valoran los daños desde distintos
puntos de vista y calculan unos índices (extensión, gravedad
y evolución) a los que se aplican algoritmos para obtener una clasificación
final que va del 0 al 100. A menor puntuación, mejor estado. Las
estructuras que obtienen más de 81 puntos presentan “patologías
potencialmente graves que pueden afectar a su comportamiento resistente”
y son objeto de un seguimiento especial. En esta clasificación se
encuadran 66 puentes o viaductos repartidos por 26 provincias. Más
de la mitad de estas obras de paso problemáticas (34) están
en Andalucía. La siguen Galicia, con 10, y Castilla y León,
con 9.
Estas 66 son
las que presentan la peor situación, pero otras muchas infraestructuras
viarias sufren deterioro, según un informe reciente, fechado a 3
de octubre pasado, al que tuvo acceso este diario. A partir de 21 puntos
en la clasificación de estado, las estructuras presentan deterioros
de mayor o menor envergadura que “pueden tener una evolución patológica
que afecte a la durabilidad o a las condiciones de servicio”. Del total
de los 22.961 elementos de las carreteras españolas, el 93% presentan
algún grado de deterioro. Solo 1.486 son estructuras “sin patologías
evidentes o con deterioros sin consecuencias relevantes para la durabilidad,
condiciones de servicio o seguridad”, según el informe.
La situación
va empeorando a medida que se avanza en la clasificación. Entre
los 41 y los 60 puntos (donde se encuadran casi la mitad de los puentes;
ver gráfico), el desgaste “puede suponer una reducción de
las condiciones de servicio o de la durabilidad de la estructura” y “puede
requerir una actuación a medio plazo” para asegurar que vaya cumpliendo
en buenas condiciones los años que estaba previsto que durara.
Las patologías
potencialmente graves que determinan un índice elevado pueden haberse
detectado solo en un elemento concreto (el sistema de contención,
la plataforma, las pilas, los estribos, aparatos de apoyo, cimentaciones...)
del puente y no en toda la estructura. Por eso, a veces es suficiente con
una reparación puntual. Sin embargo, cuando son varios los elementos
afectados, se lleva a cabo una reparación completa.
En los últimos
cinco años, el Ministerio de Fomento ha tenido que actuar mediante
obras de emergencia cuando los deterioros de las infraestructuras en peor
estado “suponían un grave peligro”, señala el informe. Son
casos en los que no se puede esperar a realizar un procedimiento de licitación
ordinario, por lo que se adjudican las obras sin concurso ni publicidad
y posteriormente se informa al Consejo de Ministros para que las valide.
Entre 2014 y los primeros nueve meses de este año, se han empleado
alrededor de 116 millones de euros en actuaciones de emergencia, según
el informe de la Dirección General de Carreteras.
De las 66 estructuras
clasificadas actualmente con la peor puntuación (entre 81 y 100),
19 de ellas ya han sido reparadas (17), están reparándose
(1) o han sido demolidas al no ser necesarias por estar en una vía
secundaria (1), según una respuesta escrita del Ministerio de Fomento
tras las preguntas de EL PAÍS. En nueve casos el proyecto de reparación
está “en redacción”. En otros, como el de la A-6 en León
(cuando pasa por el río Órbigo, a la altura de Cebrones del
Río) aún “se están valorando las medidas a adoptar”.
Tres de estos puntos conflictivos se encuentran en pleno casco urbano de
Ferrol (A Coruña). Sobre el estado actual de estos tramos, la respuesta
de Fomento señala: “El sector de conservación está
estudiando la evolución, y en caso necesario se procederá
a hacer la actuación que corresponda”.
En otros ocho
casos la actualización señala que una inspección especial
de estos elementos está “en tramitación”. Las inspecciones
especiales no se realizan sistemáticamente con carácter periódico,
sino que surgen como consecuencia de los daños detectados en una
inspección principal (las que usan el índice de estado 0-100
y que lleva a cabo personal especializado con contratos específicos),
o también como consecuencia de una situación extraordinaria
como un accidente —el impacto de un vehículo en el pilar de un puente,
por ejemplo— o una fuerte riada que afecta a una estructura.
Fomento asegura
que recientemente han sido examinadas de esta forma —con inspecciones especiales—
153 estructuras. Entre ellas hay algunas muy modestas y situadas en pleno
campo, como un paso de ganado bajo la N-630 en Segovia, y otras que usan
decenas de miles de vehículos cada día, como el puente atirantado
del V Centenario, en Sevilla. Fomento está haciendo trabajos de
mantenimiento en este puente desde septiembre y hay sobre la mesa un proyecto
para ampliar sus carriles. En esta tanda también se han revisado
estructuras como la pasarela peatonal sobre la M-40, en Madrid, lo que
constituye una excepción, ya que solo un 1,7% de las obras de paso
de las carreteras españolas son pasarelas peatonales.
En conversación
con El País, el secretario general de Infraestructuras, Javier Izquierdo,
aseguró que su departamento tiene previsto implantar varias mejoras
en el sistema de revisión del estado de las estructuras, como la
realización de un informe anual sobre su evolución y la creación
de una plataforma técnica que permita controlar de forma centralizada
todos los sistemas de monitorización estructural instalados en los
puentes. En lo que respecta a los contratos de inspección, Izquierdo
anunció que “la periodicidad va a bajar de cinco a tres años”,
de forma que las estructuras pasen una revisión en los primeros
tres años del contrato.
El Ministerio
de Fomento también tiene previsto prestar especial atención
a lo que llama “estructuras singulares”. Entre otras cosas, usará
drones para inspeccionar todos los puentes de más de 300 metros
de longitud. En las estructuras de grandes dimensiones con tableros cajón
visitables interiormente se realizará una inspección principal
de su interior y en las estructuras con tablero tipo celosía metálica,
“que son especialmente sensibles a la fatiga”, se hará una inspección
especial cuando antes solo pasaba las llamadas inspecciones principales,
enumera la respuesta escrita remitida por el ministerio. A las estructuras
metálicas de más de 40 metros de luz de vano también
se les pasará una inspección especial. Para todas, tras estos
exámenes, se redactará un plan de mantenimiento en el que
se fijen unos plazos de revisión de cada uno de sus elementos.
Javier Izquierdo
aseguró que entre los 66 puentes clasificados con la peor nota la
casuística es muy variada, pero que “no hay problemas serios” y
que en ningún momento se ha temido porque alguno de ellos colapsara.
“Ninguno tiene afecciones a la estructura que hagan pensar que vaya a haber
una situación crítica”, afirmó, y añadió
que si no se toman medidas “se siguen deteriorando, evidentemente”. También
subrayó que son apenas un 0,29% de todas las infraestructuras que
gestiona Fomento. Hay que recordar que la red de carreteras del Estado
tiene más de 26.390 kilómetros, mientras que las comunidades
autónomas gestionan 71.325 kilómetros y las diputaciones,
69.968. Las del Estado recogen el 51,2% del tráfico total.
LA INVERSIÓN
EN CONSERVACIÓN DESAPARECIÓ DURANTE LA CRISIS
El Ministerio
de Fomento reconoce en su informe sobre el estado de las estructuras de
la red de carreteras del Estado (RCE) que “las limitaciones presupuestarias”
no han permitido cubrir todas las necesidades detectadas y que “ha sido
necesario limitarse a las más prioritarias”. Una afirmación
fácilmente contrastable cuando se examinan los datos que aporta
ese documento, obtenido gracias a la ley de transparencia. Los proyectos
de reparación de puentes que se licitan con cargo a los presupuestos
de obras de la Subdirección de Conservación fueron inexistentes
durante seis años completos. Los datos muestran que entre 2009 y
2014 —los peores años de la crisis económica en España—
no se destinó un solo euro a proyectos de reparación. En
el año previo, 2008, se habían consignado 11 millones de
euros. En el anterior, algo más de 7 millones. Esta partida no volvió
a recuperarse hasta 2015, cuando la inversión rebasó ligeramente
los 8 millones de euros.
¿Cuál
fue el resultado de no invertir nada en proyectos de reparación
de estructuras de la red de carreteras? Que en esos años se dispararon
las actuaciones de emergencia, según desvelan también los
datos. En 2014, por ejemplo, hubo que destinar el doble que el año
anterior a actuaciones tramitadas por el procedimiento de emergencia, que
se usa cuando los deterioros detectados en una estructura “suponen un grave
peligro para los usuarios de la misma y no se puede esperar a realizar
un procedimiento de licitación ordinario con la estructura en servicio”.
El secretario
general de Infraestructuras aseguró que su departamento no va a
dar acceso público a la base de datos SGP, que recoge el estado
actual de los puentes y sus incidencias al detalle, “por cuestiones de
seguridad pública” y porque la información de este tipo de
estructuras es sensible. En la respuesta obtenida por EL PAÍS a
través del Portal de Transparencia, Fomento denegó el acceso
a la base de datos alegando que “no está preparada para consulta
pública, entre otros aspectos por motivos de seguridad informática”.
Fomento también denegó el acceso a las fichas de resultados
de las inspecciones realizadas en los últimos 10 años a los
puentes de la red de carreteras del Estado porque ofrecer esa información
requeriría “una acción previa de reelaboración por
lo que no es viable”. La denegación está recurrida ante el
Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, el organismo público que
vela por el cumplimiento de la Ley de Transparencia de 2013.
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