La solución
que plantea Siemens para mejorar estas cifras parece simple: la gestión
de la información (ese BIM) en tiempo real y desde el inicio, para
el ciclo de vida completo. ¿Por qué? Hass utiliza el juego
de palabras BIM, BAM, BOOM! Cada dólar que se invierte en hacer
modificaciones en la fase de diseño (BIM) se multiplica por 20 en
la de montaje (BAM, por assembly en inglés), pero asciende a 60
en la fase operacional (BOOM!). "Es muy caro y difícil hacer cambios
después, por eso la planificación es tan importante", sentencia.
Así,
el BIM permite controlar, almacenar y organizar todos los datos vinculados
a la construcción de una nueva infraestructura de principio a fin:
la idea, el plan, la operación y todos los elementos que comprende…
incluido su desmantelamiento. "Nadie habla de cómo son reciclados
los edificios", denuncia el experto. Pero la respuesta está clara:
mal. «Si sabemos cómo se hizo un edificio, qué materiales
componen cada parte e incluso dónde se sitúan los elementos
que pudiesen ser tóxicos, el reciclado puede ser una tarea mucho
más sencilla».
Pero la capacidad
analítica consistente y accesible es solo el principio. De nada
vale si los procesos y las herramientas que se emplean no se actualizan.
"Tenemos que reducir las interfaces y eliminar las duplicidades", sentencia.
Y alerta sobre la necesidad de crear estándares adecuados para compartir
la información. Aunque, con o sin ellos, "los datos tienen que pertenecer
al edificio" y no al diseñador, arquitecto o constructor. Y añade:
deben estar disponibles durante décadas, en una base de datos común
para que cuestiones como por ejemplo el citado reciclaje de edificios sean
factibles.
Con todo ello,
se construye el gemelo digital de la infraestructura. La introducción
de este concepto más propio de la industria 4.0 en este sector supone
toda una revolución. Así, la propuesta de Siemens se basa
en pasar del método idea-planificación/construcción
simultánea-operación -desmantelamiento a un esquema mucho
más complejo. En este nuevo paradigma, la idea da lugar a la definición
del producto y su sistema, con una fase conceptual y otra de planificación
detallada que se plasman, en primer lugar, en una construcción digital.
Si todo es correcto, nos adentramos en la construcción física
para alcanzar su operatividad y finalmente su desmantelamiento. Y todo
ello, con el BIM de fondo, para disponer de una copia lo más fidedigna
posible de la construcción a lo largo de su vida útil.
Los beneficios
de todo ello, más allá de los costes, redundan en la funcionalidad
del edificio. Como cuando uno vende no hay nada mejor que predicar con
el ejemplo, Siemens ha decidido aplicar esta estrategia a esta nueva sede
de la división recién inaugurada. Así, el edificio
se sustenta en su BIM, en su gemelo digital y en los más de 12.000
puntos conectados que se suceden en la zona de oficinas y en la planta
producción de la sede.
La de todo
ello nos conduce a resultados tan sencillos, pero sustanciales, como el
sistema de realidad aumentada que han desarrollado para facilitar el mantenimiento
del edificio. Así, con una tablet el operario puede ver en tiempo
real sobre paredes, escritorios o suelos las tuberías, conductos
o fuentes de energía que se esconden tras el revestimiento decorativo
del edificio. Pero no solo eso, clicando en cada uno de esos elementos
se puede comprobar, por ejemplo, la temperatura de un conducto, consultar
la hoja técnica de un cableado o comprobar si se dispone de los
filtros de sustitución del aire en almacén o hay que pedir
nuevos. Con ello, no solo se previenen fallos, sino que en el caso de haberlos
es muchísimo más sencillo detectarlos y saber exactamente
de dónde provienen los problemas.
La sostenibilidad
es una de las grandes apuestas de estas oficinas del futuro a través
de medidas como la reutilización del agua del lago de la localidad
para refrescar el aire, las plataformas de refrigeración y calefacción
bajo demanda o el acondiciniomaiento progresivo de los espacios. Con esto
y mucho más, han conseguido, según explica Christoph Leitgeb,
General Manager del nuevo campus, situar el consumo energético del
edificio un 50% por debajo del estándar alemán que siguen.
«La comodidad
y la seguridad, la eficiencia energética y de recursos y la mejora
de la experiencia de los usuarios y los espacios son nuestra propuesta
de valor», resume el CEO de la división de tecnologías
de la construcción de Siemens, Matthias E. Rebellius. Todo, para
construir «edificios inteligentes que contribuyen a mejorar la experiencia
y el éxito de sus participantes».
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