Su uso, calificado actualmente como equipamiento privado de servicios públicos, no permitía alojar a otro tipo de actividad que para el que fue construido. Independientemente de que en su día Telefónica fuera una entidad pública y  una empresa privada, solo cabe en este inmueble una utilización vinculada al sector de las telecomunicaciones.

Eso es, precisamente, lo que cambia con la aprobación. El uso terciario sin esta prescripción aumenta su valor en el mercado. Se modifica incluso para los amplios bajos comerciales con los que cuenta, donde ahora está abierta la tienda de Movistar y que, según informó Telefónica, continuará ahí.

La Ley de Urbanismo de Aragón le habilita para usar ese aprovechamiento para la «conservación y ampliación del patrimonio público del suelo», con el objetivo de «regular el mercado de terrenos, obtener reservas de suelo para actuaciones de iniciativa pública y posibilitar otras de interés público o social que comporten la generación de empleo y actividad económica». Eso es lo que pretende el ayuntamiento con el área de intervención G-2-2 entre las calles Echeandía y Boggiero (entorno de la sala Oasis), donde solo queda esta parcela y otra, propiedad privada de Zaragoza Urbana, por edificar.

Para regenerar este entorno, se acordó desembolsar 613.936,96 euros a repartir entre hasta 40 propietarios particulares distintos, que percibirán por esta entrega de su parte de propiedad cantidades que oscilan entre los 5.000 y los más de 20.000 euros. Además, el ayuntamiento abonará 288.945,31 euros, en concepto de gastos de urbanización en este entorno, lo que eleva la cuantía a 902.882,27 euros.

Con esta operación, se construirán 34 viviendas públicas, distribuidas en tres volúmenes de 3, 4 y 5 plantas, y con la superficie sobrante acometer un equipamiento de entre 400 y 500 metros cuadrados, una plaza exterior y podrían incluso habilitar aparcamientos.