En este sentido,
el sector lleva mucho tiempo demandando a las distintas Administraciones
una mayor agilidad en las gestiones urbanísticas y normas que ofrezcan
seguridad jurídica al inversor para que este tipo de operaciones
no penalicen a las promotoras cotizadas.
Una de las
grandes compras de suelo de pasado año la protagonizó Neinor
con grandes operaciones en Málaga, Valencia y Madrid, entre la que
destaca la adquisición en La Marazuela (Las Rozas) por unos 50 millones
de euros o la compra de una cartera de suelo de Unicaja en Málaga
por 68 millones de euros. Asimismo, Realia -que en 2017 reactivó
su actividad promotora- y Pryconsa cerraron una de las grandes compras
del pasado año al resultar adjudicatarias de dos parcelas del Ministerio
de Defensa ubicadas en Alcalá de Henares y Vicálvaro por
42,6 millones de euros.
Por otro lado,
en el mercado de oficinas destacó la compra por parte de Värde
de ocho parcelas en la zona del 22@ de Barcelona. En esta operación
se transaccionaron aproximadamente 52.000 metros cuadrados que estaban
en manos de Oaktree por unos 50 millones de euros.
FALTA DE PRODUCTO
Las grandes
compañías compran mucho suelo para hacer acopio en su balance
y cumplir con su plan de negocio a cinco años. Van a por operaciones
de 1.000 y 2.000 viviendas y esto complica la actividad a aquellos que
no tienen esta capacidad de compra.
Según
Enrique Losantos, presidente de la consultora JLL, en declaraciones al
Economista, "el problema es que la administración está paralizada.
En este país, se asocia urbanismo a especulación porque desgraciadamente
ha habido mucho de esto. Los políticos no toman decisiones porque
no quieren que se les asocie a corrupción ni a especulación,
y lo que ocurre es justo lo contrario. Esa falta de dinamismo de la administración
está provocando una escasez de producto y, por tanto, una especulación
y a los industriales les está empujando a meterse en la parte más
complicada que es el desarrollo del suelo. Precisamente, esta parte no
debería ser especulativa, debería desarrollarse como otra
industria con sus propios márgenes y es la propia inacción
de la administración pública la que provoca estos movimientos.
Tanto por la escasez, como por lo farragosos que hacen los trámites".
"Claramente
nos falta un mercado de continuidad de compra de suelo", reconoce Javier
García-Valcárcel, presidente de Gestilar, que asegura en
declaraciones al Economista que "las grandes que tienen que tener una cartera
suficiente para tener continuidad para unos diez años se tendrán
que meter en desarrollo de suelo, un negocio muy peligroso, ya que no controlas
los tiempos". El directivo asegura que "las administraciones de en
día todavía no tienen la valentía suficiente para
dar entrada a la inversión. Cada cosa que huele a suelo no quieren
lanzarse, no quieren opinar y nadie quiere hablar de este tema. Se nos
agota el suelo en las grandes ciudades y resulta que nuestro futuro son
bolsas de suelo con administraciones que todavía no se están
acercando de una manera eficiente y no nos están apoyando en los
procesos de inversión. Creo que es un tema del sector entero, con
entidades financieras y con administraciones", destaca García-Valcárcel,
que asegura que su empresa cuenta con una pata especializada en el desarrollo
de suelo para terceros. Un negocio que está llamado a ganar gran
protagonismo en los próximos años.
"La promoción
de vivienda tiene un esquema de financiación y el desarrollo del
suelo otro totalmente distinto", explica Javier Prieto de Quabit en declaraciones
al Economista, que destaca que están "trabajando ya desarrollar
nuestra propia bolsa de suelo histórica y nos hemos metido con financiación
en sitios donde solo hay que urbanizar. Hay más desvío del
que existe en sitios donde tienes todo aprobado y surgen dificultades,
pero al final es un tema entre particulares, no tienes a la administración
de por medio, y es que si alguien no se mete a hacer suelos esto no puede
funcionar".
El directivo
explica que están entrando en proyectos de unas 200 ó 300
viviendas, ya que en desarrollos de miles de unidades es más complicado,
pero el problema fundamental son las administraciones. "Ahora antes de
entrar en un proyecto tienes que informarte muy bien de cómo funciona
el Ayuntamiento, ya que hay sitios donde nadie quiere firmar nada. Pasa
igual con las licencias, que son un acto reglado, pero aun así se
están retrasando porque nadie quiere firmarlas. Hay un miedo muy
grande al urbanismo", denuncia Prieto.
UN EJEMPLO
DE LA DEMANDA DE SUELO RECIENTE
La Empresa
Municipal de Transportes (EMT) de Madrid convocó una subasta para
la enajenación de una parcela de 37.475 metros cuadrados de superficie
en el distrito madrileño de Carabanchel. Por estos terrenos, se
espera ingresar, al menos, 16,3 millones de euros.
La convocatoria
de la subasta se produjo en un momento marcado por la falta de suelo finalista
en la capital, con varios proyectos en el aire, como la conocida Operación
Chamartín o los desarrollos del Sureste. Una escasez que ha desatado
una auténtica locura compradora por parte del sector promotor, lo
que ha generado ya una importante subida de precios que, previsiblemente,
acabarán trasladándose al precio final de las viviendas.
De hecho, ante ya han sido varios los promotores que han anunciado que
comenzarán a entrar en suelo en gestión ante la enorme falta
de producto listo para edificar.
EJEMPLO ACTUAL.
HABITAT INVERTIRÁ 500 MILLONES HASTA 2021 EN COMPRA DE SUELO
Habitat, la
promotora inmobiliaria del fondo de inversión Bain Capital, prevé
invertir 500 millones de euros en la compra de suelo hasta 2021. La compañía,
que ha presentado su plan de negocio para los próximos años,
prevé entregar 2.000 viviendas al año a partir de 2021. Actualmente,
Habitat cuenta con 800.000 m2 para desarrollar 9.000 viviendas.
"Bain ha puesto
el capital suficiente para financiar la compra de suelo con fondos propios.
No hay endeudamiento salvo crédito promotor", explica Juan María
Nin, presidente de la inmobiliaria, a Expansión.Hasta ahora la firma
ha invertido 70 millones de euros en la compra de suelo y prevé
invertir otros 50 millones adicionales en los próximos meses con
el propósito de seguir creciendo.
Brad Palmer,
mananging director y responsable de Bain en Europa, indicó que tras
la entrada del fondo la compañía está "saneada y preparada
para crecer".Palmer indicó que, de momento, el fondo no piensa en
una salida a Bolsa sino que está centrada en la compra de suelo,
constituir un buen equipo profesional y ofrecer un producto de calidad
para los clientes. Del mismo modo, señaló que, en un mercado
tan atomizado como el español, la consolidación entre compañías
inmobiliarias es posible, si bien es pronto para adelantar el papel que
podrá desempeñar Habitat en este proceso. El consejero delegado
de Habitat, José Carlos Saz, señaló que aunque la
mayor parte de su cartera es finalista la promotora abre la puerta a la
compra de suelo en gestión. Saz precisó que la promotora
prevé cerrar el ejercicio con una facturación de cerca de
100 millones de euros y un beneficio bruto de explotación (ebitda)
positivo.
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