La nueva disposición
del tramo final del Turia dota de continuidad a todos los viales a través
de un cubrimiento de las actuales vías del tren que cierran actualmente
la continuidad de la prolongación de la Alameda y la avenida de
Francia, tal y como ha avanzado el diario Levante.
El sector del
Grao tiene un ámbito de 328.000 m2y dispondrá de una edificabilidad
de 2.550 viviendas. Aunque Tomás no ha modificado la edificabilidad,
sí ha planteado una nueva distribución de las torres, según
han confirmado desde el Ayuntamiento.
Según
el periódico las provincias, recientemente se conoció que
el fondo británico Hayfin Capital y Atitlan Grupo Empresarial han
comprado una parcela de 14.000 metros cuadrados a la Sareb, según
publicó El Confidencial. Esta operación fue confirmada por
ambas partes al periódico las provincias, además de que todavía
no cuentan con el 50% de todo el sector, un requisito necesario para formalizar
la propuesta en el Consistorio de agente urbanizador, es decir, la entidad
responsable de las obras del nuevo barrio.
Las dos empresas
citadas tienen este propósito, sobre todo tras dar el primer paso
de adquirir a un grupo de bancos algo más de 100.000 metros cuadrados
de solares edificables de la antigua Acinelav, la compañía
creada para desarrollar las viviendas y que se vio golpeada hasta caer
por la crisis económica.
Las torres
de 50 plantas junto al puerto se mantienen en el plan entregado por Tomás
La entrega
de Tomás de los planos a la empresa municipal Aumsa supone el primer
paso para que se resuelva este embrollo, en un sector por donde discurre
parte del trazado del antiguo circuito de Fórmula 1. Ese fue uno
de los motivos del encargo al arquitecto valenciano.
La modificación
del plan urbanístico incluye «integrar de forma efectiva,
total o parcialmente, el itinerario (del circuito), de forma que se adapte
a la ordenación como urbanización de forma anticipada, pero
sin necesidad de mantener su compatibilidad con la celebración de
carreras de Fórmula 1, sino destinando esta infraestructura a los
usos que resulten más adecuados».
Esta es la
diferencia sustancial con lo que ocurría antes, cuando el mantenimiento
del circuito era una condición indispensable. El resto del plan
original se mantiene en su esencia, con edificios en altura y abundante
vegetación. Las torres más altas llegarán a 50 plantas
y estarán próximas al puerto.
Otro de los
cambios pedidos en el acuerdo plenario fue la de resolver la ubicación
de la subestación eléctrica, que se encuentra en un edificio
protegido. En primera instancia debía ser trasladada al puerto,
aunque esto se desestimó.
En tercer lugar,
la eliminación de los canales navegables, sin duda el elemento de
paisaje más llamativo que tenía el proyecto anterior. La
idea era conectar el viejo cauce con la Marina a través de estas
láminas de agua, aunque se ha decidido abaratar el enorme coste
de las obras de urbanización.
También
se reubicará sobre el emplazamiento anterior un depósito
de tormentas, un recinto asociado a la prolongación del colector
norte y elemento indispensable para evitar los vertidos de aguas fecales
a la desembocadura del cauce. El Ayuntamiento quiere que esta inversión
sea asumida por la Confederación Hidrográfica del Júcar.
Por último, el documento insiste en las nuevas consideraciones derivadas
de la «innecesariedad de mantener las carreras de Fórmula
1».
La superficie
del nuevo barrio ronda los 400.000 metros cuadrados, por los que la unión
de Hayfin Capital y Atitlan Grupo Empresarial está lejos todavía
de tener la mayoría y se agente urbanizador. Para ello necesitarían
los 100.000 metros cuadrados que tiene la empresa estatal Adif, y que corresponden
a la antigua estación del Grao.
Adif no ha
decidido aún el futuro de estas propiedades, aunque lo lógico
es que salgan pronto a subasta pública. Esa circunstancia, indicaron
fuentes conocedoras del proceso, podría ser posterior a un acuerdo
con las dos empresas citadas para sacar adelante las obras.
La eliminación
del llamado delta verde y los canales que lo formaban no es una cuestión
baladí, al formar parte de los 170.000 metros cuadrados de zonas
verdes que ahora deben recomponerse. Sólo los canales suponían
una superficie de 28.000 metros cuadrados. Para el sector terciario (oficinas,
comercios y locales de ocio), el planeamiento anterior reservaba 60.000
metros cuadrados.
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