ARTÍCULO
PUBLICADO EN EL DIARIO ABC
Recuperar la
vida de barrio en un lugar tan céntrico y emblemático para
Madrid como es Chamberí es el objetivo de las tres promociones de
vivienda que está desarrollando el estudio de arquitectura de Carlos
Lamela en esta zona. Se trata de la recuperación de dos bloques
de viviendas a los que se da un diseño novedoso y sostenible pero
adaptado al entorno, y en la conversión del antiguo inmueble que
ocupó la agencia de noticias Efe en un edificio de uso residencial.
«Cada
uno de estos tres casos reunía unas particularidades», explica
Carlos Lamela. En el caso de Modesto Lafuente, 26, la ordenanza obliga
a restaurar la volumetría; Espronceda, 32, era la antigua sede de
la agencia de noticias Efe, por lo que la transformación era casi
total, de oficinas a residencial. Y en el caso de Bretón de los
Herreros, 44, es una de las mayores manzanas de la zona que ahora se transforma
recuperando y abriendo espacios para jardines en su interior.
El barrio de
Chamberí atesora aún gran número de edificios de calidad,
«de los que se hicieron en los ensanches en los años 60 y
70», explica el arquitecto. Inmuebles que en algunos casos han quedado
obsoletos pero pueden transformarse en viviendas nuevas con toda la tecnología
actual y que resulten la mejor opción para esos vecinos que en su
día se fueron a las afueras, pero ahora quieren volver a vivir en
el centro de la ciudad, con todos los servicios a mano.
Las actuaciones
previstas por el Estudio Lamela en este barrio permitirán además
en algunos casos la recuperación de los patios interiores que nacieron
con el barrio de Salamanca en zonas como Jorge Juan, Serrano, Goya o Claudio
Coello, y de los que actualmente apenas quedan un par de ellos intactos:
lo que fueran en su origen zonas verdes y ajardinadas interiores han pasado
a cubrirse, con el paso de los años, por construcciones más
o menos efímeras, algo que puede apreciarse con toda nitidez en
vistas aéreas de este distrito.
El edificio
de Modesto Lafuente será además el que de entrada en la ciudad
de Madrid a la inmobiliaria británica Grosvenor. En este caso, se
acometerá la rehabilitación integral del inmueble de viviendas
situado en el número 26 de esta calle. Una vez finalizada la intervención,
el edificio tendrá siete plantas sobre rasante y tres bajo rasante.
En su interior
se diseñarán 12 viviendas familiares singulares, con medidas
de hasta 180 metros cuadrados. Está también previsto que
cuente con 18 plazas de aparcamiento. En este caso, ante la imposibilidad
de instalar una rampa para los vehículos, se va a poner en marcha
un montacoches.
Una de las
señas de identidad de este proyecto será su fachada traslúcida,
una solución que permitirá incorporar la masa verde del exterior
al interior. Será, además, un edificio con la máxima
calificación de eficiencia energética posible.
En el caso
del proyecto de Espronceda, 32, la antigua Agencia Efe, aquí ha
habido que aprobar primero un cambio de uso de oficinas a residencial.
En total, se actúa sobre una superficie construida de 16.120 metros
cuadrados. La idea es diseñar y construir 50 viviendas, en un inmueble
que tendrá ocho plantas sobre rasante y cuatro bajo rasante, con
un total de 223 plazas de aparcamiento.
Dentro de la
extensa parcela desaparecerá una nave y eso permite recuperar parte
del patio interior, lo que posibilita incluir en el proyecto un jardín
y una piscina. Las viviendas proyectadas también contarán
con estándares de calidad técnica y arquitectónica
muy elevados, y con una alta dotación de zonas comunes. El número
de plazas de aparcamiento es muy elevado, lo que sin duda tiene relación
con la excelente ubicación del inmueble, en el corazón de
la ciudad.
Se renovarán
totalmente las envolventes, creando fachadas ventiladas con acabados en
piedra natural y metal. Y en el interior, aprovechando el espacio libre
disponible, se podrán incluir grandes terrazas orientadas al sur
para las viviendas de uso familiar. Habrá otro tipo de viviendas,
más pequeñas, que darán a la calle y tendrán
un enfoque más urbano.
En el interior
del edificio habrá zonas comunes de restauración y cine,
y en la cubierta está previsto instalar piscinas para uso privativo
de las viviendas de la última planta.
Aún
existe un tercer proyecto del Estudio Lamela para el distrito: en la calle
Bretón de los Herreros, 44. Un edificio que también será
eficiente -con un 80 por ciento de ahorro de energía respecto a
un edificio convencional- y contará incluso con un aljibe de agua
de lluvia que se utilizará para cubrir las necesidades de riego
de unos 3.000 metros cuadrados de césped, lo que permitirá
un ahorro del 60 por ciento en gasto de agua.
En este caso,
la superficie total construida ocupa 10.386 metros cuadrados, y se levantarán
ocho plantas sobre rasante y dos bajo rasante, para un total de 37 viviendas.
Se va a actuar sobre una parcela actualmente ocupada casi en su totalidad
por una edificación. Será sustituida por un edificio de mayor
altura que el actual, que se igualará con los de su misma alineación.
En el interior,
se liberará un gran espacio, que se destinará a zonas ajardinadas
y piscinas, integrando un gran patio de manzana que recupera en parte la
estructura original en esa zona.
Los tres proyectos
está previsto que estén listos y terminados para el año
2020. Suponen trabajar en la promoción de la vuelta a la vida en
el centro de la ciudad, algo que según Carlos Lamela se está
convirtiendo en tendencia: «Se está volviendo a la ciudad,
a la cercanía al comercio, a una vida más sencilla con transporte
público accesible». Madrid, afirma, es «una ciudad muy
atractiva para vivir, porque se puede hacer vida de barrio»; estos
cuentan con dotaciones y servicios suficientes, que los convierten en «pequeñas
ciudades en sí mismos».
La capital
madrileña, asegura, proporciona una calidad de vida que «es
muy apreciada por la gente que viene de fuera: es muy segura, con un tráfico
rodado mucho mejor que por ejemplo París, con servicios fenomenales,
no demasiado cara, y con restaurantes, ocio, arte y cultura».
Este tipo de
promociones, afirma, «ayudan a reconstruir estos barrios, que estaban
necesitados de una renovación». Animan también a otros
inversores. Y son el contrapunto a los nuevos desarrollos, señala,
un ejemplo de urbanismo que no resulta tan atractivo. «Los PAUs -nuevos
barrios construidos en las afueras- han tenido el efecto contrario: revalorizar
el centro».
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