Según
informa el Confidencial, Trinitario Casanova irrumpe en operación
Chamartín para quedarse los suelos de BBVA. El empresario ha comprado
a los propietarios originales del suelo de la estación sus derechos
de reversión, con la idea de promover él mismo 1,2 millones
de metros cuadrados
Para conseguir
su objetivo, Casanova ha llegado a un acuerdo con los propietarios originales
de los terrenos, a quienes Renfe expropió para construir la estación,
para comprarles sus derechos de reversión. Con esta jugada, el empresario
persigue quedarse con 1,2 millones de metros cuadrados del ámbito
y desarrollarlos con su propia empresa, Grupo Baraka, según ha confirmado
él mismo a este medio.
Según
el confidencial, desde Distrito Castellana Norte (DCN), la promotora de
BBVA y San José, han señalado que esta noticia "no es motivo
de preocupación porque no es una contingencia del proyecto y no
representa riesgo. Se trata de algo ya juzgado y cerrado". La compañía
se refiere a una sentencia del Tribunal Supremo del año 2012, en
la que el alto tribunal concluyó que "al no acreditarse la desafectación
tácita" de los terrenos, "no procede la reversión".
Sin embargo,
los reversionistas, la mayoría de los cuales están agrupados
en la asociación No Abuso, la misma que ha llegado al acuerdo con
Casanova, siempre han defendido que este pronunciamiento refrenda que existe
un derecho de reversión, pero que este no se activará hasta
el momento en que Adif —el gestor de infraestructuras ferroviarias que
en el pasado estaba integrado con Renfe— desafecte los terrenos para poder
venderlos a DCN.
Según
el confidencial, Casanova considera que este hito se producirá en
julio, cuando el Ayuntamiento de Madrid tiene prevista la aprobación
inicial del plan, aunque otras fuentes señalan que deberá
esperar hasta la aprobación definitiva para poder exigir la reversión,
lo que en el mejor de los escenarios ocurrirá el año que
viene. Una luz verde que el consistorio desliga por completo del conflicto
de los reversionistas: "En ningún caso condicionaremos la aprobación
del plan a este asunto", ha asegurado un portavoz.
El acuerdo
de compra al que ha llegado Casanova con los reversionistas contempla ahora
un pequeño pago, mientras que el grueso se ha aplazado hasta que
se activen los derechos de reversión, tiempo durante el cual no
es descartable que el empresario intente llegar a algún acuerdo
con DCN, aunque él insiste en que su objetivo es promover directamente
los terrenos.
Para conseguirlo,
deberá poner sobre la mesa un cheque de 400 millones de euros solo
para hacerse con todos los derechos de reversión, cifra a la que
deberá sumarse la compra efectiva de los terrenos a Adif, lo que
implica otro cheque de 1.000 millones de euros, ya que este es el precio
al que DCN se ha comprometido a adquirir los terrenos a la empresa pública.
Casanova valora
en 400 millones la adquisición de los derechos de todos los reversionistas,
aunque ahora solo ha desembolsado una pequeña parte.
Ver
informe
|