Estas operaciones
van a marcar el camino al resto de la banca, ya que además "tanto
el Banco Central Europeo como la EBA están presionando a todas las
entidades para que el tema inmobiliario deje de ser un problema. Les están
empujando para que lo hagan ya y son recomendaciones muy fuertes", explica
Enrique Losantos presidente en España de JLL al Economista.
La consultora
que lidera ha participado asesorando el 90% del volumen total que se ha
movido en el mundo de las carteras de las entidades financieras. "Hemos
transaccionado por un valor nominal de 50.000 millones de euros más
de 200.000 activos y creo que este año vamos a ver casi tanto volumen
como el que vimos el año pasado, en el que se transaccionaron 60.000
millones del valor nominal en un ejercicio récord, dejando el stock
de NPL y REO por debajo de los 200.000 millones". Estos traspasos de la
banca a los fondos cambiarán por completo el esquema de negociación
de las promotoras a la hora de comprar suelo. "Los fondos tienen una vocación
vendedora mucho más acentuada. Han comprado bolsas de suelo con
descuento, con lo cual salen al mercado con precios más razonables,
lo que lleva a que de salida nos podamos entender mejor con ellos que con
la banca", explica Javier Prieto, director General de Quabit, que cree
que "en general hay más cercanía entre lo que yo estoy dispuesto
a pagar y lo que ellos venden, por lo que el proceso ya de inicio es mucho
más ágil".
"Los grandes
operadores de bolsa han mostrado mucho interés por los activos en
manos de los fondos, por lo que es probable que se hagan carteras grandes
y que veamos operaciones de unos 200 ó 500 millones de euros, pero
el uno a uno también va a existir", explica Losantos, que asegura
que "podría llegar a ocurrir que hubiera compradores de esas carteras
de suelo que las adquirieran como actor mayorista, vendiendo después
a compañías más pequeñas o locales lo que para
ellos no es estratégico, en ubicaciones que no son tan evidentes
para ellos o productos no tan maduros".
En cualquier
caso, lo que tienen claro los expertos es que estas carteras despertarán
un enorme interés en el mercado ya que la escasez de suelo en las
zonas con mayor demanda es evidente.
FALTA DE PRODUCTO
"Hay algunas
plazas donde el mercado ha reaccionado antes y llevamos ya tres o cuatro
años con cierta actividad. En estos sitios el suelo se está
consumiendo y, sin embargo, no existe en España, en general, ninguna
preocupación por parte de las administraciones, ni un interés
por parte de los operadores, en desarrollar suelo", explica David Botín,
director general de Promoción Inmobiliaria de ACR Grupo, que asegura
que "la administración siempre reacciona tarde con un montón
de suelo urbanizado que en muchos casos ha generado problemas":Según
el directivo, "estamos viviendo un fenómeno muy reciente y es que
las grandes compañías compran mucho suelo para hacer acopio
en su balance y cumplir con su plan de negocio a cinco años. Van
a por operaciones de 1.000 y 2.000 viviendas y esto complica aún
más la actividad a aquellos que no tenemos capacidad de compra y
tenemos que tratar de comprar solo lo que podamos producir en unos dos
años".
Este es el
mercado a dos velocidades que se está generando dentro del sector
promotor, donde la competencia es cada vez mayor y obliga a muchos a mirar
de cerca el suelo en gestión.
"Claramente
nos falta un mercado de continuidad de compra de suelo", reconoce Javier
García-Valcárcel, presidente de Gestilar, que asegura que
"las grandes que tienen que tener una cartera suficiente para tener continuidad
para unos diez años se tendrán que meter en desarrollo de
suelo, un negocio muy peligroso, ya que no controlas los tiempos". El directivo
asegura que "las administraciones de hoy en día todavía no
tienen la valentía suficiente para dar entrada a la inversión.
Cada cosa que huele a suelo no quieren lanzarse, no quieren opinar y nadie
quiere hablar de este tema. Se nos agota el suelo en las grandes ciudades
y resulta que nuestro futuro son bolsas de suelo con administraciones que
no nos están apoyando en los procesos de inversión", destaca
García-Valcárcel.
Al margen de
los problemas a los que se enfrenta el sector, los expertos auguran que
este será un ciclo más largo. "Me asusta cuando escucho a
la gente decir que quedan dos años de ciclo. Personalmente creo
que vamos a tener un mercado mucho más pequeño del que se
estimaba, más maduro y estable, que debería parecerse a otros
como Alemania o Francia, donde existen los ciclos, pero no son tan extremos",
destaca Botín.
En este sentido,
García-Valcárcel cree que la producción estable debería
moverse en unas 130.000 unidades al año, lo que en un ciclo de diez
años serían 1,3 millones de viviendas, nada que ver con las
800.000 a las que se llegó en el pico.
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