Los REIT hipotecarios
proporcionan financiación para bienes inmuebles al comprar u originar
hipotecas y valores respaldados por hipotecas, y luego obtener ingresos
del interés sobre estas inversiones. Algunos REIT hipotecarios se
enfocan en hipotecas residenciales y valores respaldados por hipotecas,
mientras que otros se enfocan en hipotecas comerciales y valores respaldados
por hipotecas. También hay REIT hipotecarios que tienen hipotecas
residenciales y comerciales. Cuando invierte en un REIT hipotecario, compra
acciones de ese REIT, del mismo modo que compraría acciones de una
compañía.
Mientras que
los REIT hipotecarios invierten y poseen hipotecas, los REIT de capital
adquieren propiedades con el propósito de operarlas para generar
ingresos de alquiler. Los REIT hipotecarios y los REIT de capital son similares
en que se requiere que ambos distribuyan al menos el 90% de sus ingresos
a los accionistas, en lugar de retener ese ingreso para el crecimiento.
Los REIT de capital son mucho más comunes que los REIT hipotecarios,
aunque los REIT hipotecarios frecuentemente ofrecen mayores rendimientos
de dividendos que los REIT de capital.
Los REIT hipotecarios
permiten a los inversionistas diversificarse realizando inversiones inmobiliarias
sin asumir el riesgo de poseer una propiedad real.
Para ser rentables,
los REIT hipotecarios deben poder prepararse y soportar los cambios en
las tasas de interés a corto y largo plazo. Cuando las tasas de
interés aumentan, las tenencias de una hipoteca REIT pierden valor,
y el precio de la acción tiende a caer. Por otro lado, los REIT
también pueden perder valor cuando caen las tasas de interés
y se preparan más hipotecas, lo que limita el monto de los ingresos
que los REIT pueden generar. Algunos REIT hipotecarios pueden estar expuestos
a un mayor riesgo de crédito si compran hipotecas que no están
garantizadas por una agencia federal. Si esas hipotecas caen en mora, los
REIT que las mantienen pueden perder dinero.
Si bien invertir
en REIT hipotecarios puede ser gratificante, también es arriesgado.
Dicho esto, los REIT hipotecarios que cotizan en bolsa son una inversión
mucho más líquida que la propiedad real.
EL DEBATE EN
ESPAÑA
Por su interés,
recogemos el interesante artículo publicado en Cinco
Días por Fernando González Cuervo, socio de los sectores
inmobiliario, infraestructuras y construcción en EY y Francisco
Díaz-Casanova Alonso-Lamberti, senior del sector inmobiliario de
EY
Las socimis
o REIT han tenido un rápido despegue desde su introducción
en 2009 en España. A pesar de que estas protagonizan en la actualidad
las grandes transacciones inmobiliarias de nuestro país, creemos
que la penetración de las socimis en el mercado inmobiliario español
tiene margen de mejora.
Hasta ahora,
nos referíamos a las socimis como vehículos de inversión
inmobiliaria que obtienen sus ingresos a través del arrendamiento
de inmuebles. Sin embargo, en mercados como el estadounidense, el legislador
ha previsto distintos tipos de socimis o REIT, como las socimis hipotecarias
(Mortgage REIT) y las socimis híbridas (Hybrid REIT), como otros
vehículos de inversión.
La socimi hipotecaria
canaliza sus inversiones a través del mercado de productos crediticios
respaldados con activos inmobiliarios (esto es, el mercado de carteras
de préstamos hipotecarios y otros instrumentos similares), adquiriendo
y gestionando desde créditos a promotor a préstamos hipotecarios.
Los ingresos generados por este tipo de vehículo inversor proceden,
en su mayoría, de los intereses que devengan los préstamos
hipotecarios que integran su activo.
Tal mercado
está copado en la actualidad por los bancos y, dado el componente
cíclico del sector inmobiliario, ha provocado que éstos se
hayan visto expuestos de manera excesiva conllevando a que tanto los mercados
como el regulador les hayan incentivado a deshacerse o deteriorarse muchas
de las carteras crediticias inmobiliarias, generando minusvalías
muy relevantes.
Por su parte,
la socimi híbrida combina la inversión tanto en activos inmobiliarios
como en instrumentos financieros respaldados con dicho tipo de activos.
Según datos de la National Association of Real Estate Investment
Trusts, la cifra de capitalización bursátil de las socimis
hipotecarias se ha duplicado de 2006 a 2016, pasando de 29.000 millones
a 58.000 millones de dólares, y ha aumentado de 38 a 40 el número
de las mismas durante este mismo periodo.
En contraposición,
las socimis híbridas no han tenido la misma aceptación en
Estados Unidos, pasando de existir siete vehículos de este tipo
en el año 2006 a ninguno al cierre del ejercicio 2016. Esta circunstancia
pone de manifiesto el claro interés de los inversores por la socimi
hipotecaria al ser percibida como un instrumento más comprensible
y atractivo para el inversor.
En Estados
Unidos, las socimis hipotecarias financian directamente proyectos inmobiliarios,
siendo éste un nicho de mercado que están ocupando otros
actores, obteniendo sus recursos directamente de inversores privados para
posteriormente conceder financiación a los promotores inmobiliarios,
si bien éstos no cuentan con los beneficios de transparencia que
ofrecerían las socimis hipotecarias ni con la capacidad de captar
fondos en el mercado.
Como sabemos,
el mercado inmobiliario es un mercado cíclico que se encuentra en
la actualidad en un ciclo expansivo. El número de viviendas iniciadas
hasta noviembre del año 2017 han sido 15.561 más que en el
2016. De igual manera, el número de compraventas de viviendas nuevas
creció un 10% respecto al mismo periodo. A esto se suma, además,
que los precios están subiendo.
En este escenario,
la socimi hipotecaria tendría cabida al existir una clara tendencia
a la desinversión de las entidades bancarias en sus carteras de
préstamos, lo que ha hecho que en los últimos tiempos se
hayan completado grandes operaciones entre dichas entidades y fondos de
inversión para disminuir su exposición a este tipo de activos
con el objetivo de cumplir con las exigencias de capital impuestas.
La socimi hipotecaria
tendría la ventaja añadida de que reduciría la exposición
de las entidades financieras ante estas carteras de activos no líquidos
y que al estar enfocada en la inversión en carteras de préstamos
hipotecarios con un sistema de valoración uniforme y una gestión
diaria, generando valor al inversor, otorgaría una mayor transparencia
y visibilidad sobre el riesgo. Con ello, se daría entrada al pequeño
y mediano inversor a otro tipo de productos financieros con una menor incertidumbre,
al tratarse de un vehículo regulado y supervisado por la CNMV.
Por tanto,
a pesar de la buena acogida que han tenido las socimis hasta el momento
en nuestro país, creemos que el legislador debería contemplar
la posibilidad de aumentar el elenco de vehículos de inversión
inmobiliaria mediante las socimis hipotecarias. Ello ayudaría a
aumentar los flujos y posibilidades de financiación, profesionalizando
las distintas fases del proceso y disminuyendo la exposición bancaria
en el sector inmobiliario.
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