El urbanismo
en nuestra Comunidad Autónoma, como en el resto del país,
no funciona. Es un modelo agotado. El urbanismo, dejémoslo claro
desde el principio para quien no lo sepa, o no lo quiera saber, es el instrumento
del que disponen los pueblos para desarrollarse de una manera eficaz, racional
y ordenada. Así, de una buena planificación urbanística,
depende en gran medida la actividad económica, el medio ambiente,
la habitabilidad, la movilidad en nuestras ciudades, el espacio público
y la imagen urbana entre otras. En definitiva, el bienestar del ciudadano.
Pero la enorme
cantidad de normativa que hay que cumplir, su complejidad legislativa y
la exigente intervención de todas las administraciones sectoriales
actuantes, han hecho imposible la práctica normal de esta disciplina
y su aplicación coherente en el territorio. De hecho se tarda más
de diez años para aprobar cualquier instrumento de planeamiento
urbanístico, lo cual carece de todo sentido y aboca a muchos responsables
públicos a dejar de planificar su municipio ante el desánimo
que produce semejante situación.
El 90 por ciento
de los municipios de la Comunidad no cuenta con un planeamiento actualizado,
entre ellos las cinco capitales de provincia, y la cantidad de problemas
urbanísticos que se plantean por este motivo es tal y de tan larga
y difícil solución con el actual modelo, que bien se puede
decir que tenemos un urbanismo totalmente agotado y absolutamente colapsado.
Si a ello añadimos la despoblación y envejecimiento de la
inmensa mayoría de los pueblos de Castilla La Mancha como principal
problema urbanístico, social y demográfico, nos encontramos
con la tormenta perfecta, que nos garantiza un futuro melancólico
y empobrecido.
El Colegio
de Arquitectos de Castilla La mancha, viene alertando a las autoridades
y responsables políticos de nuestra Comunidad, de la angustiosa
situación urbanística y demográfica, sin que hasta
ahora haya obtenido resultado alguno. Porque no estamos ante una cuestión
de simplificación administrativa, que también ayudaría,
ni de retoques o parches a la actual Ley de Ordenación del Territorio
y de la Actividad Urbanística de nuestra Comunidad, sino de un cambio
radical en el propio concepto de urbanismo. De un cambio de modelo urbanístico.
Por ello, y
en orden a encontrar soluciones viables al caos urbanístico existente,
que planifiquen y ordenen racionalmente el territorio y la actividad de
la Comunidad, desde unos postulados que les sean propios, el Colegio de
Arquitectos de Castilla La Mancha, entre otras acciones, va a organizar
en breve unas importantes Jornadas Interdisciplinares sobre Urbanismo y
Despoblación, a las que invitará a los profesionales más
distinguidos de Castilla-La Mancha, en las diferentes disciplinas que intervienen
en la planificación del territorio.
Esperemos que
fruto de esta actuación se tome conciencia en todos los ámbitos,
sobre todo en los responsables de las tomas de decisiones sobre el agotamiento
del modelo actual, y sobre la necesidad de un urbanismo sostenible en nuestra
Comunidad, y se apueste, de verdad y de forma realista, por el futuro.
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