Más
de dos terceras partes de los terrenos del proyecto están dentro
de suelos no urbanizables de protección ambiental o natural, donde
el plan en vigor desde 2010 impide los usos del terreno vinculados a las
explotaciones extractivas. Esta prohibición afecta de lleno al espacio
donde se proyecta la corta a cielo abierto, en las inmediaciones de la
antigua mina de Valdeflores. No solo la protección urbanística
del terreno dificulta la mina, sino que en la misma zona hay un área
de servidumbre arqueológica.
El escrito
lo registró la empresa Tecnología Extremeña del Litio,
creada por Sacyr y Plymouth Minerals para desarrollar el proyecto de Valdeflores.
En el documento se pide al ayuntamiento la modificación del plan
de urbanismo y que la ordenación del terreno vuelva a ser la que
había antes de la revisión del plan de 1998, de cuya actualización
nace el ordenamiento urbanístico en vigor desde 2010. En la norma
anterior a la actual los terrenos de la mina de Valdeflores seguían
estando en suelos no urbanizables de protección especial, pero en
el plan de 1998 --que se empezó a aplicar en 1999- sí eran
compatibles, aunque con algunas limitaciones, los usos extractivos con
la protección del suelo.
La superficie
del proyecto de la mina está actualmente incluida en cuatro tipos
de terrenos protegidos. La mayoría está dentro de los suelos
no urbanizables de protección Montaña 2 y Masa Forestal.
En el plan general de urbanismo se justifica la protección del primero
por ser «un complemento paisajístico necesario en las áreas
más próximas a la ciudad o de mayor fragilidad», mientras
que la preservación del segundo obedece a «su importancia
ecológica como soporte fundamental de fauna» y a su morfología
que lo hace «fácilmente identificable y de gran valor ambiental».
En el fundamento
de la petición se da a entender que se pretende una modificación
del plan de urbanismo que haga que la ordenación de los terrenos
de la mina vuelva a ser la que había en el plan de 1998, mientras
que en la solicitud se plantea que el plan «se adapte a la realidad»
de la explotación minera de Valdeflores «cuya existencia es
anterior a 1998, fecha de la revisión del plan general municipal
vigente».
Según
se detalla en la documentación del proyecto, la mina de Valdeflores
tuvo actividad desde finales del XIX hasta los años sesenta. En
los ochenta, el grupo Tolsa hizo efectiva la opción de compra al
anterior propietario de la concesión minera. En 2015, la dirección
general de Minas convocó un concurso de registros mineros caducados,
citando como francos, entre otros, un conjunto de registros mineros que
en su día configuraron el permiso de investigación Cerro
Milano, en esta zona está el yacimiento de Valdeflores.
La resolución
de dicho concurso de registros mineros dio en abril de 2016 prioridad a
la solicitud presentada por Sacyr de permiso de investigación de
dos cuadrículas mineras, que se autorizó. La concesión
de explotación que se está tramitando está vinculada
al citado permiso. Así, en el escrito entregado el martes en el
ayuntamiento se precisa que Tecnología Extremeña del Litio
es titular de un registro minero cuyo número coincide con el permiso
de investigación concedido para las dos cuadrículas mineras,
que tienen una superficie de 60 hectáreas; en parte de las mismas
estaría la mina a cielo abierto.
Desde la presentación
de la documentación hay un mes de plazo para que la delegación
provincial, o el órgano que tenga las competencias en este ámbito
geográfico, eleve el expediente con su informe a la dirección
general de Minas de la Junta de Extremadura, que tiene sesenta días
para resolver.
Pero en este
caso no solo está el procedimiento de la Ley de Minas y de su reglamento,
ya que la actividad extractiva está condicionada por la legislación
ambiental de la Junta. Por las características del proyecto, que
afecta a un total de 47 cuadrículas mineras, requerirá de
una evaluación de impacto ambiental ordinaria en un proceso que
se prolongaría varios meses, por lo que no es previsible que la
decisión esté resuelta ni a corto ni a medio plazo. «En
estos momentos los técnicos están analizando la documentación,
se está en una fase muy embrionaria», se explicó ayer
desde la consejería, añadiendo que el siguiente paso será
«la exposición pública del informe de impacto ambiental
y del plan de restauración» del espacio afectado por la mina.
Para cumplimentar
la evaluación se necesita la presentación de un informe de
sostenibilidad ambiental por parte del promotor (las dos empresas) y que
se abra un periodo de consultas a las administraciones y al público
interesado. El periodo de información pública tiene que prolongarse
durante un plazo de al menos 45 días y además el ayuntamiento
podrá incorporar su pronunciamiento expreso acerca de la sostenibilidad
del proyecto. Con los informes sectoriales que se presenten, con las alegaciones
ciudadanas y con la documentación que se recopile, la dirección
general de Medio Ambiente de la Junta presentará la declaración
de impacto ambiental de la actuación que se pretende en Valdeflores.
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