La línea
ascendente del valor de las licitaciones en Guipúzcoa en 2017 transcurre,
en cualquier caso, sobre carriles ferroviarios. La Y vasca lidera los pedidos,
pero también aporta una elevada cifra la pasante soterrada del Metro
de Donostialdea por el centro de la capital guipuzcoana. En mayo, la mesa
de contratación de Euskal Trenbide Sareak (ETS) licitó por
49,3 millones el primer tramo de los 4,2 kilómetros de recorrido
subterráneo entre Lugaritz y Miraconcha, y en agosto la empresa
que gestiona la red ferroviaria vasca hizo lo propio con el resto del recorrido,
otros 2.087 metros entre Miraconcha y Easo, por valor de 71 millones.
El proyecto
de variante ferroviaria soterrada que permitirá eliminar el actual
fondo de saco de la estación de Easo, y dar continuidad a la línea
de Euskotren, a través de Benta Berri y de la Concha -donde se establecerán
sendas estaciones- acarreará un coste en obra civil en torno a los
120 millones de euros, aunque el montante final ascenderá hasta
los 180. Las correspondientes licitaciones han acaparado gran parte de
los 202 millones de obra licitada por el Gobierno Vasco en Guipúzcoa.
La Diputación
y los ayuntamientos completan con concursos públicos que ascienden
a 288 millones. La institución foral puso en marcha los proyectos
más caudalosos en 2016 -incineradora, autovía de Deskarga
o peaje de la N-1- salvando un año ruinoso para la construcción
en el territorio, aunque también ha contribuido al despegue de 2017
con licitaciones como la segunda fase del Complejo Medioambiental de Guipúzcoa
-por 37 millones- que incluye una planta de biometanización y otra
de valorización de escorias. Cambia así el peso de cada Administración
en la concesión de obra pública. Ayuntamientos y Diputación
aportaron el año pasado el 77% de los contratos -el año pasado
no llegó al 30%-, quedando el Gobierno central por debajo del 10%
de las licitaciones cuando en 2017 acaparó la mitad de los pedidos.
También
han resultado clave los buenos resultados del último ejercicio el
repunte de la edificación, que dobla la inversión frente
a 2016, de 89 a 184 millones de euros. No obstante, la obra civil sigue
concentrando las adjudicaciones más jugosas, con 779 millones de
euros el año pasado.
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