Este problema
se ha solucionado con la introducción del Documento de Innovación
número 26 del PGOU.
Este documento
acaba con las mencionadas limitaciones a la hora de ampliar el número
de plazas hoteleras, condiciones aún más restrictivas que
la legislación sectorial andaluza, según el propio equipo
de Gobierno. «Se da la paradoja de que la normativa andaluza permite
más plazas hoteleras de las que permite nuestro PGOU», declaró
el primer teniente de alcalde delegado de Urbanismo, Antonio Joaquín
Díaz acerca de esta «innovación», que permitirá
engrosar la nómina de plazas hoteleras que quedan disponibles en
el núcleo entre un 50 y un cien por cien.
La alcaldesa
de Almonte, Rocío Espinosa, justificó el cambio en la normativa
urbanística del núcleo costero, un destino marcado por su
situación en el Paraje Natural de Doñana y lastrado por su
madurez y por la estacionalidad, en que «Matalascañas necesita
proyectos de futuro y un impulso a la actividad turística a través
de la ampliación y recualificación hotelera», que es
la que permitirá al núcleo costero, añadió,
que «pase de una urbanización eminentemente residencial a
eminentemente turística, rompiendo la estacionalidad y creando empleo
en el municipio». Sin embargo, este aspecto fue muy discutido por
el portavoz de Mesa de Convergencia, marca blanca de Podemos en Almonte,
José María García, quien dijo no entender cómo
esta medida podría contribuir a romper la estacionalidad, cuando
la mayor parte de las plazas hoteleras del núcleo cierran una vez
acaba el verano, y apostó más bien por un cambio de modelo
que propicie la puesta en valor de los muchos atractivos que posee Matalascañas.
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