El primero
de estos instrumentos es el Plan General de Ordenación Estructural
(PGOE), que deberá ser aprobado por la Administración autonómica
y en el que se define el modelo de ciudad a medio y largo plazo, además
de establecer las clases y categorías de suelo, zonas y usos y edificabilidades
globales; los sistemas generales; las previsiones de vivienda protegida,
y los elementos de especial protección.
Las previsiones
del PGOE se concretarán en la segunda de las figuras, el Plan Municipal
de Ordenación Urbana (PMOU), de atribución exclusiva de las
corporaciones locales, que organizará la programación detallada
del suelo urbano a corto y medio plazo.
En cuanto al
resto del sistema, se crea el Estudio de Ordenación, destinado a
modificaciones de parcelas concretas, y se mantienen los planes Parcial
y Especial; el Estudio de Detalle; el Catalogo; las Ordenanzas Municipales
de Edificación y Urbanización, y las Normas Directoras para
la Ordenación Urbanística.
En el procedimiento
de planificación, la principal medida de agilización es la
de trasladar al principio del proceso los trámites de petición
de información a las administraciones públicas y de incorporación
de las sugerencias de la ciudadanía, que pasan a formar parte del
material con el que se elabora el borrador inicial del plan Ordenación
Estructural.
Respecto a
la sostenibilidad, el anteproyecto incorpora nuevos principios básicos
que deberán aplicarse en el desarrollo de cualquier actividad urbanística
e integrarse en todos los instrumentos de planeamiento. Destaca así
la especial atención que se presta a la preservación del
suelo rústico, que pasa a englobar las anteriores categorías
de no urbanizable: hábitat rural diseminado; común, y especialmente
protegido. A esta última, vinculada valores paisajísticos,
culturales y naturales, se le da un mayor protagonismo que en la actual
ley. Además, se promueve la continuidad entre espacios y zonas verdes
de interconexión con las zonas periurbanas, como huertos urbanos.
En la misma
línea, se introduce en el planeamiento el concepto de espacio verde
urbano vinculado al papel que los enclaves arbolados de la ciudad pueden
desempeñar en la absorción del dióxido de carbono.
En este sentido, la planificación urbana establecerá las
medidas necesarias para alcanzar un mínimo de 10 metros cuadrados
por habitante, calculado sobre el total de población prevista en
el PGOE. Asimismo, la superficie de espacio verde urbano será de
al menos un 20% de la total del espacio público urbano en los diferentes
ámbitos de suelo urbano y urbanizable.
En la categoría
de los suelos urbanos, el anteproyecto define con mayor claridad su condición
frente a los pendientes de consolidar, mientras que los urbanizables se
conciben como zonas potenciales de crecimiento a las que municipio recurrirá
sólo cuando no pueda dar respuesta a sus necesidades en la ciudad
ya existente, a cuyo aprovechamiento se otorga prioridad.
En la comparación
con la actual ley, el nuevo texto resta complejidad en la regulación
y también se adecua a últimas modificaciones de las normas
estatales y autonómicas que inciden sobre la actividad urbanística.
Entre las primeras destaca el Texto Refundido de la Ley del Suelo, en vigor
desde octubre de 2015, que incorpora la nueva legislación de rehabilitación,
regeneración y renovación urbanas aprobada en 2013. En relación
con la normativa de la comunidad autónoma, la propia Ley de Ordenación
Urbanística de Andalucía (LOUA) ha sido modificada en más
de diez ocasiones desde su entrada en vigor en 2003. El cambio más
relevante, que se traslada al anteproyecto, fue el aprobado por el Parlamento
andaluz en 2016 para introducir medidas de simplificación y unificación
normativa. También se recogen las modificaciones que se produjeron
en relación con las edificaciones irregulares en suelo no urbanizable.
Igualmente,
el borrador presentado al Consejo se adapta al documento de compromiso
con la reactivación económica y el crecimiento sostenible
suscrito en diciembre de 2016 con los agentes sociales, los colegios profesionales
y la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP), y en
el que se incluye un decálogo de medidas para agilizar la tramitación
de los procedimientos urbanísticos.
El anteproyecto
de ley ha sido elaborado por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación
del Territorio después de las preceptivas consultas públicas
y de un periodo de participación pública para la revisión
de la actual LOUA, que ha contado con la participación de
ayuntamientos, colegios de profesionales, partidos políticos, empresarios,
sindicatos y consumidores y usuarios, entre otros agentes.
LA FUTURA LEY
URBANÍSTICA DE ANDALUCÍA OBLIGARÁ A QUE LOS MUNICIPIOS
TENGAN 10 METROS CUADRADOS DE ARBOLADO POR HABITANTE
El anteproyecto
para la Ley de Urbanismo Sostenible, que sustituirá a Ley de Ordenación
Urbanística de Andalucía (LOUA) vigente desde 2003 y supondrá
una reorganización de los sistemas, la simplificación de
los procedimientos y una apuesta por la sostenibilidad, entre otras cosas
haciendo obligatorio que los nuevos planeamientos incluyan un mínimo
de 10 metros cuadrados de arbolado por habitante.
El portavoz
del Gobierno de Andalucía, Juan Carlos Blanco, ha avanzado las líneas
generales de esta norma, que nace con la vocación de reducir a la
mitad el tiempo que se tarda en aprobar un planeamiento, entre 8 y 10 años.
"Se pretende que no supere los cuatro", ha dicho, en referencia a lo que
se conoce como PGOU (Plan General de Ordenación Urbana).
Esta última
figura quedará redefinida por la creación de dos nuevas.
La primera será el plan general de ordenación estructural,
que deberá aprobar la Junta de Andalucía para definir el
modelo de ciudad a medio y largo plazo, y en el mismo se establecerán
las clases de suelo y sus usos, los sistemas generales etéctera.
La segunda será el plan municipal de ordenación urbana, de
atribución exclusiva de las corporaciones locales y que deberá
definir la programación a corto y medio plazo.
El portavoz
ha destacado que el proyecto "presta especial atención al suelo
rústico" y su condición de no urbanizable. De este modo,
de cara a garantizar la sostenibilidad, se introduce en el planeamiento
el concepto de espacio verde urbano para destacar el papel de los enclaves
arbolados en las poblaciones. Es en este punto donde la planificación
deberá incluir las medidas necesarias para lograr los citados 10
metros cuadrados por habitantes de arbolado y deberá ser por lo
menos un 20% del suelo público.
ANTECEDENTES
DICIEMBRE 2017
El consejero
de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, José Fiscal,
ha anunciado que el Consejo de Gobierno dará luz verde "en
breve" al inicio de los trámites administrativos del anteproyecto
de la nueva Ley Urbanística de Andalucía, que "ayudará"
a la reactivación económica.
Fiscal ha
hecho este anuncio en el acto de inauguración de unas jornadas informativas
en Sevilla sobre el citado anteproyecto, en las que participan 250 profesionales
relacionados con esta disciplina, según informa un comunicado de
la Junta.
Ha explicado
que los objetivos principales de este nuevo texto legal son la simplificación
y agilización de la tramitación administrativa, la sostenibilidad
urbanística y poder contribuir desde el urbanismo a la reactivación
de la economía de los municipios andaluces.
Con respecto
a la agilización de los trámites, el titular de Medio Ambiente
y Ordenación del Territorio ha recordado que con el actual marco
normativo la tramitación de un Plan General de Ordenación
Urbana se prolonga entre 8 y 10 años, algo que es "imprescindible
reducir".
Ha expuesto
que el segundo objetivo del texto es "sentar las bases" para avanzar en
el principio de sostenibilidad, lo que se aborda como un compromiso ético
y democrático.
En la Consejería
de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio se entiende el suelo
como "un recurso finito y estratégico", y esta convicción
"obliga" a entender el urbanismo como una "actividad responsable que debe
dar respuesta a las necesidades de la población" teniendo muy presente
las necesidades de las generaciones futuras, ha remarcado.
Finalmente,
ha resaltado que con la nueva ley se pretende contribuir a la reactivación
de la actividad económica "sin cometer errores recientes".
Así,
ha subrayado que el urbanismo del futuro debe ser un urbanismo "responsable",
que piense en las necesidades futuras y que tenga muy presente los límites
del planeta.
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