La negociación
del gobierno local con los grupos de la izquierda ha fructificado en un
nuevo régimen de usos para el medio rural gijonés para dar
opciones que no sean las edificatorias a los propietarios y dinamizar en
la medida de lo posible ese entorno. En este régimen de usos se
especificará la agricultura intensiva y extensiva, con especial
atención a la horticultura (las huertas). Se incluirán también
los núcleos zoológicos y se completará el uso referido
a la apicultura conforme a la normativa sectorial.
El preservacionismo
ambiental también se ha reforzado con medidas como la creación
de corredores ambientales y un mayor aumento de la protección de
los cauces fluviales hasta la misma cabecera de los mismos
En aras del
consenso se han retirado del PGO las fichas relativas a Juliana-Armón
y el Tallerón de Duro Felguera, que dejaban abierta la posibilidad
de transformar ese espacio industrial a otros usos. Se mantendrán
de este modo las condiciones urbanísticas del Plan Rañada
de 1999 y quedarán así blindados su actividad industrial
y empleo para el periodo de vigencia del Plan General.
En el caso
de los antiguos terrenos de Naval Gijón, quedarán finalmente
excluidos los pisos y los hoteles en su ámbito. Se mantiene el criterio
de la aprobación inicial. Lo que se desarrollará allí,
a través de un plan especial, es un nuevo espacio de usos productivos
inspirado en el modelo del Parque Científico y Tecnológico.
La idea es construir edificios de oficinas dejando la planta baja para
bares, cafeterías, bancos, fotocopias o cualquier otro servicio
complementario que puedan necesitar las empresas que se vayan instalando.
También
tendrá que desarrollarse con un plan especial el ámbito de
Mina La Camocha, donde hay acuerdo mayoritario entre los grupos para implantar
industria agroalimentaria no contaminante.
La gran industria
del concejo, Arcelor, mantendrá su cinturón ambiental aunque
con algunos ajustes y retoques fruto de la aceptación de una parte
de las alegaciones de la multinacional siderúrgica.
Ese criterio
ya presente en el documento de aprobación inicial se mantiene y
se refuerza. Para defender ese modelo de desarrollo que prioriza rellenar
los huecos que quedan disponibles sin edificar en la ciudad hasta colmatarla
se justifica la exclusión del uso residencial en Naval Gijón,
pero también la creación de la playa verde entre la Ería
del Piles y el Sanatorio Marítimo.
El PGO prevé
en suelo urbano 20.000 nuevas viviendas, de las que 8.600 responden a desarrollos
heredados como Ecojove (1.976) o Nuevo Roces (1.200) y el resto a los nuevos
urbanizables como Cabueñes, Peñafrancia e Infanzón
(1.322) o a desarrollos en suelo urbano no consolidado (10.142). Entre
los planeamientos de nuevo cuño destacan las áreas de Príncipe
de Asturias (792 viviendas), los terrenos de Rubiera Predisa en Les Quintanes
(1.208), El Cerillero (864), Nuevo Gijón (1.206)y Tremañes
(684). A todo ello se suma el desarrollo de un plan de rehabilitación
de viviendas y barrios degradados a diez años dotado con 200 millones
de euros.
Por si estas
previsiones se quedasen cortas, la gran novedad es la preservación
para futuros crecimientos densos de la ciudad de dos bolsas de suelo que
suman unos 400.000 metros cuadrados y están ubicadas fuera de la
ronda (A-8), en Castiello. Es una especie de reserva estratégica
y por ello su clasificación será de suelo no urbanizable.
El PGO asumirá
toda la normativa y legislación supramunicipal para evitar conflictos
competenciales con el Gobierno regional. Esto incluye todas las áreas
urbanísticas concertadas como la ZALIA, Ecojove y los planes especiales
de Nuevo Roces y Lloreda, así como el Plan Especial del Suelo No
Urbanizable de Costas (PESC). En el caso de las áreas concertadas
se grafía su ámbito y el equipo redactor se remite a los
instrumentos aprobados, porque su situación jurídica dependiente
del Principado no permite otro tipo de intervención desde el planeamiento
y así lo ha dictaminado la Comisión de Urbanismo y Ordenación
del Territorio de Asturias (CUOTA) en el informe que obra en el expediente.
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