El ayuntamiento
ha venido sosteniendo que hay un Plan Especial, que afecta sobre todo a
los convenios de la zona norte hasta la autovía, y una serie de
obras que hizo Emuasa, que se han girado, que se han formulado unos recursos
y que algunos se han estimado, y en cualquier caso ha habido unos costes.
Por lo tanto, esas obras de urbanización se tienen que acometer
por los propios sectores, como en cualquier ámbito urbanístico,
de suelo urbanizable, para que sean los urbanizadores los que acometan
esas obras, en lugar de que las efectúe la Administración.
La intención
ha sido que el Ayuntamiento permiti a los promotores ejecutar las obras
que les corresponden, supervisando en todo caso los proyectos técnicos,
pero sin que la Administración sea la que licite y lleve a cabo
los trabajos.
El presupuesto
de todas las obras contempladas en el PEIH es de 298 millones de euros,
una previsión que los promotores consideran utópica tras
la debacle del ladrillo, ya que ese plan se diseñó pensando
en un crecimiento de población al norte de la ciudad cercano a los
750.000 habitantes, contando con que se desarrollaran todos los planes
parciales tramitados.
La columna
vertebral del PEIH ya está construida. Hay tres tramos en servicio:
el primero en la zona comercial de Thader-Nueva Condomina, y los dos restantes
bajo la Costera Norte, entre Juan Carlos I y Juan de Borbón, que
fueron financiados por el Ayuntamiento (8 millones). El resto de obras
tiene que completarlas la Confederación Hidrográfica del
Segura y los promotores. A la CHS le corresponde construir el interceptor
de pluviales para canalizar el agua que circule en episodios torrenciales
por las ramblas de Espinardo, Churra y Cabezo de Torres, a lo largo de
una canalización subterránea -a modo de autovía para
el agua- de 7 kilómetros, y conducirla hasta el río Segura,
a la altura de la pedanía de La Arboleja.
A los promotores
les corresponde el desarrollo de las obras previstas en sus planes parciales,
y contribuir proporcionalmente a otras obras necesarias como el tanque
de tormentas de Zarandona.
Los promotores
siempre han mantenido que el PEIH es un sistema general, y como tal debería
ser desarrollado por la Administración, pero el Ayuntamiento no
lo ve así, y los promotores hemos aceptado participar en el coste
de las obras, pero insistimos en que las obras de abastecimiento y saneamiento
de esas ramblas repercuten a toda la ciudad. Los costes deben modificarse.
Otra cuestión
a debate es el momento de pago al inicio de las obras de urbanización
mientras que los promotores proponen que el pago se haga cuando se certifique
la obra.
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