Actualmente
Isolux Corsán emplea a 5.236 trabajadores, tiene presencia en 35
países y lleva a cabo proyectos en las áreas de energía,
infraestructura de transporte, la construcción y el agua.
Isolux Corsán
ha solicitado preconcurso de acreedores para contar con cuatro meses más
para negociar con los bancos una inyección de capital de unos 400
millones que garantice la viabilidad de la compañía y, en
último término, evitar el concurso. La compañía
de construcción e ingeniería tiene operaciones en 35 países
y emplea en la actualidad a 5.236 trabajadores.
"El Consejo
de Administración de Isolux Corsán ha acordado por unanimidad
…acogerse al artículo 5 bis de la Ley Concursal, con el fin de disponer
de tiempo para concretar una inyección de fondos que permita la
consolidación de la reactivación de las actividades empresariales",
anunció la empresa en un comunicado. Tomó la decisión
después de que no llegara a buen puerto la negociación que
mantiene desde finales de 2016 con sus tres principales bancos acreedores
y accionistas: Santander, Bankia y CaixaBank. La empresa necesita de forma
inmediata unos 40 millones. Y los bancos, en especial Santander, eran reticentes
a seguir dando crédito a la compañía.
Isolux aseguró
en su comunicado que solicitar el amparo de la Ley Concursal "no afectará
al mantenimiento de su actividad ni a la capacidad de ejecución
de los proyectos iniciados en los últimos meses". De hecho va a
seguir negociando con un nuevo pool de bancos formado por Caixa y Bankia
(6,8% de la deuda) más sabadell (4,6%), Popular (1%), Nativos (1,2%),
Société Générale (2%) y Deustche. ING, que
no está en el pool, tiene un 3%.
Según
fuentes conocedoras de las negociaciones, el Santander se ha negado a mantener
la financiación en Isolux porque tiene dudas sobre el futuro de
la compañía. La entidad presidida por Ana Botín mantiene
90 millones de deuda con la compañía, pero rechaza colocar
más dinero para cubrir los gastos corrientes de la empresa.
Isolux ha solicitado
casi 400 millones para atender su circulante, y de forma inmediata necesita
unos 40 millones para nóminas y otros gastos, y el Santander no
quiere poner más dinero hasta que no exista un plan de futuro que
haga viable la empresa, según fuentes del mercado. Además,
considera que debería asumir más riesgo quien ya estaba en
ella antes de su reestructuración, en este caso CaixaBank, que llegó
a controlar el 28% y ahora tiene el 10,6%, herencia de las cajas que formaron
parte de Banca Cívica.
Con la entrada
en preconcurso, la empresa se asegura de que tendrá cuatro meses
para ultimar un acuerdo con la banca que garantice su viabilidad sin que
un acreedor pueda instar su concurso. El plazo de los cuatro meses comenzará
una vez que el correspondiente Juzgado de lo Mercantil admita la solicitud
de preconcurso.
La empresa
ya anunció a mediados de semana que tenía que retrasar hasta
el viernes la presentación de sus cuentas porque eran Complejas.
Este viernes acordó retrasarlo de nuevo dada la "importancia" que
la negociación sobre la nueva financiación tiene sobre los
resultados.
En julio de
2016, Isolux, acordó con sus acreedores un plan para su reestructuración
por valor de más de 2.000 millones que posteriormente fue homologado
por un juez con el objetivo de hacerlo extensible a todos aquellos que
no se adhirieron voluntariamente. "El equipo de gestión de Isolux
Corsán lleva negociando esta inyección con sus principales
financiadores y accionistas desde finales del año pasado. En diciembre
se ejecutó la primera conversión de deuda en capital fruto
del acuerdo de reestructuración aprobado en julio y homologado por
la autoridad judicial en octubre. Como consecuencia de estas operaciones,
el accionariado de la compañía quedó compuesto por
bancos y bonistas en un 94,67%, mientras que los anteriores accionistas
de control diluyeron su participación hasta el 5,43%", recordó
la empresa.
Isolux tiene
a la venta todas sus concesiones con el fin de centrarse en los negocios
de ingeniería y construcción, desarrollados por Isolux EPC,
donde prevé dar entrada a un socio industrial. El plan supuso además
una reestructuración de la empresa, tanto en plantilla como en dirección
y organización, y el lanzamiento de un programa de desinversiones
de activos no estratégicos para lograr recursos con los que pagar
parte de su deuda, el denominado "tramo b", de unos 750 millones. Tras
vender un parque eólico en Argentina y la filial de plantas fotovoltaicas
T-Solar, trabaja para desprenderse del resto de activos.
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