El magistrado,
que ha actuado en contra del criterio de la Fiscalía Anticorrupción,
ha ordenado tomar declaración como imputados al propio Blesa, el
responsable de la Dirección General Financiera y de Medios, Ildefonso
Sánchez Barcoj, el gerente de riegsos Ramón Martínez
Vilchez y el director general de Tasaciones Madrid SA Ignacio de Navasqués
por la comisión de delitos de estafa, administración desleal
y asociación ilícita.
En un auto,
el juez acepta investigar la concesión sistemática de préstamos
hipotecarios con tasaciones sobrevaloradas entre 2003 y 2009. Además,
el magistrado requiere a Bankia, como sucesora de Caja Madrid, que le certifique
quienes integraban entre 2003 y 2009 el consejo de administración
de La entidad, la comisión ejecutiva, la comisión de control,
la dirección general financiera y de medios y la gerencia de riesgos.
La fiscalía
anticorrupción se había opuesto argumentando que esa práctica
de sobrevalorar las tasaciones fue generalizada
La querella
que ahora se va a investigar relata las conductas acontecidas en Caja Madrid
entre 2003 y 2009, en el período anterior al estallido de la crisis
y en plena expansión de la burbuja inmobiliaria, en relación
con lo que los querellantes califican de "práctica sistemática
de sobrevalorar inmuebles constituidos en garantías de préstamos
hipotecarios y la concesión de préstamos que no debieron
haberse concedido".
La fiscalía
anticorrupción se había opuesto a la admisión de la
querella argumentando, entre otras razones, que esa práctica de
sobrevalorar las tasaciones fue generalizada y que los hechos de la querella
no tenían relevancia penal.
El juez argumenta
que esos hechos habrían ocasionado una grave repercusión
en la economía nacional, al haber afectado a miles de clientes y
producido pérdidas millonarias
En su auto
el juez argumenta que procede investigar esas conductas de la querella
y que, de tener relevancia penal, encajarían en delitos que son
competencia de la Audiencia Nacional, ya que esos hechos habrían
ocasionado una grave repercusión en la economía nacional,
al haber afectado a miles de clientes y haber producido pérdidas
millonarias a la entidad. El juez añade que " el hecho de que la
sobrevaloracion de las tasaciones pudiera haber sido en España y
otros países una práctica generalizada en el período
anterior al estallido de la crisis de 2008 y en plena expansión
de la burbuja inmobiliaria, no puede sin embargo justificar cualquier práctica".
Después
de incorporar un informe de la inspección del Banco de España
el magistrado concluye que, en esta fase inicial, se sustenta indiciariamente
que la tasadora del grupo, Tasaciones Madrid, valoraba de forma sistemática
los inmuebles hipotecados por encima del precio de los mismos.
Según
el auto judicial, "al abrigo de estas sobretasaciones se concedían
de forma sistemática préstamos por encima del 100% del precio
de compraventa de los inmuebles hipotecados", y esos préstamos,
algunos de 20 años o más, se concedieron a personas extranjeras
con permisos temporales de residencia o con trabajos de uno o dos años
de validez. Para el juez, esas prácticas hicieron derivaron en una
cartera hipotecaria de alto riesgo, algo que, en ciclos de recesión,
como el actual, explican el mayor retraso en el cumplimiento de sus obligaciones,
si se las compara con el resto de las entidades del sistema y, subsiguientemente,
la acumulación de pérdidas para la entidad.
ANTECEDENTES
19 JUL. 2016
La Audiencia
Nacional ha rechazado hoy investigar la concesión sistemática
de hipotecas sobrevaloradas por parte de Caja Madrid entre 2003 y 2009,
coincidiendo con la burbuja inmobiliaria, al admitir un recurso presentado
por el exdirector general de entidad, Ildefonso Sánchez Barcoj.
La Sección
Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia ha aceptado el recurso presentado
por Barcoj y ha rechazado la querella presentada el pasado 30 de marzo
por dos particulares.
El titular
del juzgado central de instrucción número 5, José
de la Mata, consideró al admitir la querella que existían
indicios de varios posibles delitos, entre ellos estafa, además
de asociación ilícita y falsedad documental, ya que los hechos
habrían repercutido gravemente en la economía nacional.
El expresidente
de Caja Madrid Miguel Blesa, Barcoj y otros directivos de la entidad financiera
habrían permitido el falseamiento y ocultación de las cuentas
de la entidad mediante una práctica sistemática apoyada en
la tasadora del grupo.
Tasaciones
Madrid valoraba los inmuebles hipotecados por encima de su precio, lo que
permitió ocultar la concesión de préstamos "por encima
del 100 % del precio de la compraventa".
La Sala
entiende que no es posible hablar de una mala práctica generalizada,
dado que los casos analizados son únicamente cien, e indica que
la diferencia entre el precio de compraventa y el valor de tasación
pudo obedecer en muchos casos a que se escrituró un precio inferior
al real.
En el proceso
de compraventa y en el de fijación del precio, recuerda el auto,
no interviene la entidad financiera,
Es cierto
que algunas operaciones contaban con un informe de tasación "de
baja calidad", pero después de que comenzaran a caer los precios
de la vivienda.
"Lo que
es difícil de probar se convierte en un delito imposible", señala
el auto, que recuerda que la tasación de un inmueble tiene una vigencia
de tres meses, muy poco en un contexto de gran volatilidad del mercado
inmobiliario.
Caja Madrid,
entiende el auto, no "engañó" a los que compraron cédulas
hipotecarias referenciadas a los préstamos, que obtuvieron el retorno
previsto de su inversión.
Asimismo,
no se ha demostrado que la caja tuviera una "normativa expresa y detallada
de orden interno" sobre las tasaciones, sino que aplicaba políticas
de riesgo
En cualquier
caso, las tasaciones se pueden considerar "inveraces" o erróneas,
señala la Sala, pero no "inauténticas" o falsas.
Respecto
de la acusación de malversación de caudales públicos,
el auto destaca que los investigados,los directivos de Caja Madrid, no
eran servidores públicos, "ni los caudales concertados en los préstamos
eran públicos", sino de inversores y socios.
Además,
añade que Bankia "no es sucesora directa de Caja Madrid", por lo
que la entrada del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB)
se produjo después de los hechos denunciados.
En la práctica,
la sucesora de Caja Madrid es la actual Fundación Montemadrid, que
heredó sus órganos de gobierno, pero el juez De la Mata requirió
a Bankia, que recibió el negocio financiero de la entidad, la documentación
relativa a los principales órganos de decisión durante el
periodo investigado.
En marzo,
cuando se presentó la querella, la Fiscalía Anticorrupción
se opuso a su admisión argumentando, entre otras razones, que la
sobrevaloración de las tasaciones fue "una práctica generalizada"
por todas las entidades.
Por ello,
la Fiscalía consideró ya el pasado mes abril que los hechos
denunciados "no tenían relevancia penal", y descartó la comisión
de los delitos.
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