Es necesario que el sector se desarrolle de forma escalonada, que se mejoren los accesos a la A-7 y que se revise la integración de un torrente y el paso de líneas eléctricas. “Nos gustaría que la nueva propuesta mantenga el espíritu de contar con una amplia zona verde y que puedan haber equipamientos que palien el déficit de los barrios de Levante”, señaló Floria. Además, el plan no podrá prever un aparcamiento en la Platja Llarga, dado que la Comisión de Urbanismo ha considerado que los suelos calificados como espacio libre público sólo pueden tener usos de ocio.

El Ayuntamiento también se alinea con los vecinos en cuanto a las alturas de las viviendas. “No queremos una pantalla de edificios que ocasione un gran impacto visual”, opinó la concejala. A pesar de todo, el equipo de gobierno mantiene la necesidad de impulsar esta área de crecimiento urbanístico porque “es progreso para la ciudad”. “Al gobierno le preocupa que la cuestión se resuelva de acuerdo al interés general”, remachó Floria.

La portavoz del gobierno y nueva concejala delegada del plan parcial de la Budellera, Begoña Floria, explicó que se reunirán con las entidades que han alegado al proyecto para recoger su punto de vista. El plan que se suspenderá había recogido hasta 37 alegaciones y contaba con el rechazo de ecologistas y asociaciones vecinales, algunas de las cuales han llevado a cabo protestas y marchas reivindicativas.

Por otra parte, la concejala ha avanzado que se han iniciado los trámites para sacar a licitación, en un plazo de unos seis meses, el estudio de revisión de los términos económicos del POUM aprobado en 2013, con el objetivo de adaptarlo al contexto actual. “El plan se tramitó en época de bonanza y ahora hay que evaluar los plazos y las cuestiones económicas”, resumió Floria.