Según
los técnicos en los últimos años se ha producido una
significativa modificación del marco normativo en materia de edificación
y urbanística, "a los que el PGOU debería adaptarse a cuando
menos no entrar en contradicción con la misma". La adaptación
completa implicaría "afectar a una parte sustancial del documento
completo de la norma local, lo que requiere unos plazos significativamente
largos para su redacción, y previsiblemente para su tramitación".
Además, el Plan General cuenta ya con varias modificaciones por
lo que la elaboración de un texto refundido "facilitaría
su manejo por todos los agentes implicados".
El análisis
de los problemas más acuciantes, que más quejas provocan
entre la población y los profesionales, y que mayor freno está
provocando en la dinamización local marca las directrices de la
primera fase, que según las estimaciones de plazos de exposición
y de aprobación, podría estar activa a mediados de 2018.
El documento
actual exige un grado de adaptación equivalente al exigido en obras
de nueva edificación a las obras de reestructuración. Las
obras de reestructuración definidas por el plan incluyen "muchas
de una entidad no excesivamente relevante, y otras, como la modificación
de núcleos de comunicación, que resultan precisas para poder
dotar a los edificios existentes de unas condiciones adecuadas, por ejemplo,
de accesibilidad".
La valoración
del Departamento de Urbanismo es nítida al respecto. "Este alto
grado de exigencia por parte del PGOU entra en colisión con las
políticas de rehabilitación y regeneración urbana
que viene incorporando la normativa estatal y autonómica, y debería
por tanto ser revisada en su conjunto".
Los técnicos
municipales advierten como segunda problemática la incidencia del
actual PGOU en la actividad en los locales preexistentes. Sobre ellos pesa
además la regulación de los usos a la hora de cambiarlos
o de acometer reformas. La dotación de aseos y de plazas de aparcamiento
resultan "desmedidas" en el primer caso, o llegan a hacer "inviables" algunos
proyectos, en el segundo.
En tercer lugar
los informes recomiendan una revisión de "exigencia no justificadas"
que afectan a las condiciones de altura libre o de las condiciones de acceso
a los edificios, que podría concretarse en función de la
tipología de edificios, de los tipos de piezas y de sus usos.
Aunque sobre
esta primera fase el Departamento de Urbanismo observa de forma detallada
de hasta otra decena de aspectos problemáticos detectados en el
plan, algunos de los cuales podrían ser resueltos mediante la modificación
del documento de normas urbanísticas y otros precisarían
acometer una modificación más compleja del conjunto de documentos
del PGOU, las tres referidas son las básicas por tratarse de los
"incidencia más significativa por su reiteración".
No obstante,
proponen también revisar la idoneidad de que el PGOU recoja determinaciones
referidas a materias sobre las que ya existe normativa estatal y autonómica
de aplicación en materias tales como seguridad de utilización,
salubridad, higiene en el trabajo o eficiencia energética, entre
otras, eliminando los artículos que sean inadecuados o repetitivos.
|