El edificio
cuenta con dos plantas soterradas de garaje y una planta baja comercial
realizada con estructura de hormigón armado. La madera se ha utilizado
de forma integral en las cuatro plantas superiores y en las cubiertas mediante
la incorporación de paneles de madera contralaminada (CLT).
El proceso
de fabricación y montaje de los paneles es industrial y lo ha llevado
a cabo la empresa vasca Egoin en su fábrica de Ea. En total se han
empleado 2.200 metros cúbicos de madera contralaminada de pino radiata
procedente de los bosques del entorno.
Arriola ha
indicado que, en el caso del edificio de Hondarribia, el proceso de fabricación,
montaje, transporte y colocación de los paneles de madera "ha permitido
ganar hasta cuatro meses en la ejecución de la obra". Una vez terminada
la fase de instalación de los paneles, se va a proceder a cubrirlos
con placas de yeso, de manera que la madera no va a quedar a la vista,
"aunque sí se notarán sus beneficios en cuestiones como la
regulación de la humedad o la purificación del aire", ha
apuntado.
Finalmente,
ha indicado que el inmueble de Hondarribia forma parte de un estudio comparativo
que se está realizando con otro edificio, una residencia de estudiantes
de la Universidad de la Columbia Británica, en Vancouver, Canadá,
que se está construyendo con la misma técnica.
En solo 14
semanas de trabajo se han levantado los dos bloques (8.379 metros cuadrados
en cuatro alturas) mediante el ensamblaje de 2.200 metros cúbicos
de paneles de madera contralaminada, extraída de bosques del entorno.
Como si de un mecano gigante se tratara, la unión de los forjados
y tabiques prefabricados ha dado como resultado una edificación
con "viviendas de calidad", que tendrán "un consumo energético
casi nulo" y son "sostenibles y respetuosas con el medioambiente", ha afirmado
este miércoles Nerea Morgado, directora técnica de Visesa,
la sociedad pública promotora de las viviendas.
A la obra llegan
en camiones grandes tableros con "su nombre y apellido", numerados en la
fábrica para facilitar el montaje de las mismas. Las tarimas de
hasta 16 metros de largo y 21 centímetros de grosor encajan como
un puzle hasta conformar la edificación. "Es una técnica
que está a la vanguardia en la bioconstrucción", explican
los responsables de Egoin, la firma encargada de fabricar y montar la estructura.
Han necesitado 180 camiones para transportar los 5.800 metros cúbicos
de troncos que conforman el esqueleto de las viviendas.
La madera se
ha empleado en paredes, suelos, muros de carga, techos y en la cubierta
de los inmuebles. Una vez instalados los paneles, estos se recubren con
placas de yeso, sin que sean visibles dentro y fuera de los pisos, aunque
"los propietarios sí notarán sus beneficios en “el ahorro
de energía, la regulación de la humedad o la purificación
del aire", según ha remarcado el consejero de Vivienda, Iñaki
Arriola. La madera regula la humedad y, de ese modo, "se mejora la salud
y la sensación de bienestar de los ocupantes" de las casas.
El proceso
de fabricación, montaje, transporte y colocación de las planchas
de madera ha permitido "ganar hasta cuatro meses en la ejecución
de la obra" del complejo residencial de Hondarribia, según Visesa,
que calcula entregar las llaves en noviembre de este año. Uno de
los bloques alberga 32 viviendas de protección oficial en venta
y el otro, 33 en régimen de alquiler, de las que el Ayuntamiento
recibirá 15 en compensación por la cesión de un solar
de 4.375 metros cuadrados. Inicialmente, las viviendas de dos dormitorios
tenían un precio de 129.764 euros, y de 164.355 euros las de tres
habitaciones.
La experiencia
"pionera" de Hondarribia forma parte de un proyecto denominado Viviendas
de madera que trata de comparar los sistemas constructivos avanzados con
este material y en el que también participa una empresa de Canadá.
En Vancouver se edificará con esta técnica una residencia
de estudiantes de la Universidad British Columbia. En ambos casos se analizarán
y compararán el sistema constructivo, la eficiencia energética
y el ciclo de vida de las viviendas con estructura de madera. La firma
Egoin sostiene que este tipo de instalaciones permite evaluar el coste
de la obra con más exactitud, reduce los tiempos de obra, mejora
el control de la calidad de los materiales, minimiza los riesgos laborales
y reduce las emisiones de CO2 durante la explotación, construcción
y vida útil del edificio.
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