De las 26
demoliciones ejecutadas en 2016, 21 se acogieron a las reducciones del
90 o 80 por ciento, porque se llevaron a cabo voluntariamente antes de
que se impusiera la sanción dentro del plazo previsto. En total,
se recaudaron 678.922 euros que se han devuelto o descontado de las sanciones
iniciales.
Los infractores
tienen un plazo para iniciar la demolición y si no lo cumplen, deben
empezar a abonar las multas coercitivas. Estas multas consisten en pagar
mensualmente, hasta un máximo de 12 mensualidades, el 10% del valor
de la edificabilidad ilegal. Una vez pasado este año y habiendo
pagado un 120 %, la Agencia de Disciplina Urbanística ejecuta la
demolición y el infractor también lo tiene que pagar.
Este sistema,
previsto en la Ley del suelo de Baleares, promueve las demoliciones voluntarias
y, de este modo, el territorio vuelve a su estado inicial con mayor antelación.
2016 ha sido el primer año en que la Agencia ha puesto en marcha
las multas coercitivas. Ha impuesto 69, que han supuesto una cantidad de
300.497 euros.
PARALIZACIÓN
DE OBRAS ILEGALES
Durante el
2016 se han iniciado 160 expedientes sancionadores o de demolición.
Esta cifra es superior a la suma de los expedientes iniciados entre 2012
y 2015. En el mismo periodo, se han impuesto 56 sanciones, por un total
de 1,7 millones de euros. Hay que remarcar que la mayoría de los
160 procedimientos iniciados se resolverán este año; por
lo tanto, la previsión es que estas cantidades aumenten considerablemente
dentro de este ejercicio. Por un lado, teniendo en cuenta el protocolo
de actuación de la Agencia, se han puesto en marcha 66 órdenes
de paralización inmediata de obras ilegales que se estaban construyendo.
Un número muy superior a las ocho dictadas durante en 2014 y 2015.
En cuanto a
las inspecciones, se han realizado 569, más del doble de las que
se hicieron durante el 2015 (265).
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