Según
varios medos, la liquidación de Martinsa Fadesa podría acabar
en 2017 después de devolver a los acreedores "en valor presente"
los activos que financiaron.

Entre los mejores
inmuebles de Martinsa Fadesa se encontraba un conjunto de edificios y suelos
en París, así como activos ubicados en Polonia y Marruecos.
La liquidación
de la compañía, que en los años del auge fue una de
las principales inmobiliarias del país, incorporaba la venta de
activos con un descuento sobre el valor en libros del entorno del 30 %.
También
recogía la subasta de activos y la asignación de aquellos
no vendidos a los acreedores para, a su elección, llevar a cabo
una dación en pago de la deuda o una venta por parte de la administración
concursal con entrega de efectivo.
El proceso
de liquidación, que fue acordado en marzo de 2015, estaba estructurado
en tres fases.
Una primera
que incluía los activos más líquidos de la compañía,
especialmente ubicados en Madrid y Barcelona, y zonas costeras.
En una segunda
fase, la administración concursal sacó activos hipotecados
cuyos ingresos iban destinados a la amortización de dichas hipotecas.
La tercera
fase estaba orientada a la amortización de la deuda de los acreedores
ordinarios con activos no vendidos en la primera fase y, una vez finalizada,
el resto de activos se asignarían a los acreedores que así
lo deseasen mediante un procedimiento notarial.
El proceso
de liquidación de la inmobiliaria comenzó antes del verano
de 2015, después de que así lo dictaminase el juzgado de
lo Mercantil número 1 de La Coruña.
Y es que, pese
a que el 11 de marzo de 2011 se aprobó el convenio de Martinsa para
pagar 7.200 millones de deuda en un plazo de hasta 10 años sin quitas,
sus incumplimientos y la falta de liquidez la abocaron a la liquidación.
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