Una parte
importante de su desarrollo corresponde a una sociedad —participada por
el Estado (Adif y Renfe), la Generalitat valenciana y el ayuntamiento—
denominada Valencia Parque Central. Su coste estimado, que alcanzaba los
2.000 millones de euros, situaba la actuación por encima de iniciativas
como la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Santiago Calatrava o la Marina
Real, la adecuación de la dársena interior que la ciudad
arrebató al Puerto de Valencia con la excusa de la Copa América
y que supuso una inversión de 400 millones de euros que todavía
se adeudan al Instituto de Crédito Oficial.
El Ministerio
de Fomento va presentar un nuevo proyecto que reduzca los costes en 500
millones, que se ejecutará por fases y que cuestiona la estación
subterránea en dos niveles de Portela.
El concejal
de Urbanismo de Valencia, Vicent Sarrià, consejero de Valencia Parque
Central, señala que el ayuntamiento está dispuesto a negociar
rebajas siempre que no afecten a elementos esenciales del proyecto, como
el túnel de acceso sur, el túnel pasante o el desarrollo
del Parque Central. “Podemos hablar. Pero queremos ver que hay también
un compromiso económico y una voluntad de desarrollo del proyecto.
Nos dicen a menudo en Fomento que ellos no financian operaciones urbanísticas,
pero esto es mucho más que eso, es una iniciativa que afecta a los
nodos de transporte y que no es distinta a la que tienen las principales
capitales españolas”, explica en declaraciones a El Confidencial.
De momento,
la sociedad Parque Central ha iniciado la urbanización de la primera
fase de la zona ajardinada, la que no afecta (un 40%) a los terrenos del
Estado ocupados ahora por una inmensa playa de vías, una cicatriz
que parte en dos el centro urbano.
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