Riesgo diversificable.
Ej.: si me soterran el tren que tengo debajo mi piso vale más.
Sin embargo,
muchos activos inmobiliarios pueden variar su precio en una senda que poco
tenga que ver con la economía del país en general.
Por ejemplo,
si las vías del tren se soterran y ahí se construye un parque,
los pisos que antes tenían el hándicap de los ruidos de los
trenes, y el escaso atractivo visual de las vías, ahora se revalorizarán.
Por el contrario, la zona centro de una gran ciudad puede perder valor,
si las familias que antes vivían allí prefieren trasladarse
a un chalet a las afueras y el centro urbano empieza a deteriorarse.
A esto le llamaríamos
riesgo diversificable, ya que si poseo activos o garantías en diferentes
zonas, las revalorizaciones que puedan ocurrir puntualmente en una zona
se verán compensadas por las pérdidas que puedan acontecer
en otra.
DIVERSIFICACIÓN
DEL RIESGO DE UN ACTIVO INMOBILIARIO.
Los bancos
diversifican con todo su activo (no solo con los activos inmobiliarios)
La distinción
entre riesgo sistemático y diversificable es el CAPM. Capital Asset
Princing Model (CAPM) sobre rentabilidad esperada de un activo inmobiliario.
Capital Asset
Princing Model (CAPM), modelo que postula que la rentabilidad esperada
de un activo ha de ser función de su riesgo sistemático (que
es lo que sugeríamos en los párrafos anteriores).
El riesgo total
de cualquier activo se puede dividir entre riesgo sistemático y
riesgo diversificable.
PARA CALCULAR
EL VALOR DE UN PISO, EL TASADOR DESCUENTA LOS FLUJOS SEGÚN SU RIESGO
SISTEMÁTICO.
Asumiendo que
el banco puede diversificar una parte del riesgo diversificable, y todavía
mejor pueden hacerlo sus accionistas, podríamos entender que para
calcular el valor de un piso para un banco, el valorador descuente los
flujos según su riesgo sistemático, mientras que al valorarlo
para un particular (para el que el piso representa una proporción
muy importante de su activo y por lo tanto su riesgo es indiversificable)
deba descontar en función del riesgo total.
En el mercado
inmobiliario, en principio, debemos usar el riesgo total para hacer las
tasaciones.
VALOR ACTUALIZADO
PENALIZADO VAP APLICADO AL INMOBILIARIO.
Un modelo alternativo
para valorar un activo arriesgado en función del riesgo total sería
el denominado VAP (Valor Actualizado Penalizado) que se basa en definir
diferentes escenarios posibles con sus correspondientes probabilidades,
y para cada escenario se actualiza el flujo de rentas esperadas al tipo
sin riesgo.
La utilización
del VAP es una alternativa que puede ser interesante para la tasación
inmobiliaria, teniendo además en cuenta que los datos necesarios
para su utilización no son difíciles de conseguir. Se debe
ser consciente de que en todo el razonamiento del VAP estamos asumiendo
implícitamente que los valores actuales siguen una distribución
normal, lo que puede ser perfectamente defendible en base al teorema central
del límite.
En caso de
querer valorar solo con el riesgo sistemático, lo que puede ser
razonable en ciertas ocasiones tal y como antes hemos señalado,
se puede utilizar la adaptación del VAP al riesgo sistemático.
INTERVALOS
DE VALORACIÓN Y RATING DE LAS VALORACIONES. MEDICIÓN DEL
RIESGO PARA ACTIVOS INMOBILIARIOS.
Hay una deficiencia
de gran relevancia en las tasaciones, y es que en ningún lugar se
exige una medición del riesgo de las mismas; y dos activos que aparentemente
pueden tener el mismo valor de tasación, como puede ser un piso
en el centro de Madrid y un terreno en un pueblo de Castilla la Mancha,
no tienen el mismo riesgo, y nos parece importante intentar valorar este
riesgo de alguna manera, sería algo así como dar un “rating”
a la tasación.
Si partimos
de un valor obtenido por actualización de rentas descontadas a un
tipo primado en función del riesgo, el riesgo ya ha sido considerado:
hemos aplicado un tipo de descuento mayor por ser enemigos del riesgo,
lo que ha dado lugar a un menor valor.
El método
más utilizado, con mucha diferencia, es el de comparación.
Esto lleva a que errores puntuales en algunas transacciones tiendan a generalizarse,
siendo así mucho más probable la aparición de una
“burbuja”: algunos pisos en una determinada urbanización se venden
a un precio excesivo, y ese precio se toma como referencia para las transacciones
posteriores.
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