Podemos, MÉS
y entidades como el GOB criticaron esta disposición por considerar
que se trataba de «urbanismo a la carta» para supuestamente
beneficiar a una urbanización de la familia Matutes en Platja d'en
Bossa (Ibiza).
El gobierno
balear se escuda en que el urbanismo ibicenco tiene peculiaridades que
no se encuentran en ningún otro sitio como ejemplos de mala praxis»
pero que «genera problemas que obliga a abordar».
En esta línea,
han señalado los terrenos de Ibiza mencionados se encuentran en
un «limbo legal» que se podía resolver de dos modos,
otorgando la clasificación de suelo urbano, «dando lo que
ya es», o «hacer que se derribe» y pagar indemnizaciones.
En este sentido,
han alertado de las elevadas cantidades que podrían suponer dichas
indemnizaciones, atendiendo al valor de las edificaciones, que tienen 20
años, y que contaban con licencias municipales.
El gobierno
balear ha rechazado que la disposición transitoria tenga repercusiones
en otras zonas de Mallorca y Menorca, como había advertido el GOB,
puesto que no se cumplen todas las condiciones para acogerse a la disposición.
Desde la Conselleria han insistido en que no han encontrado ningún
otro caso que pudiera servir para reclasificar o restar protección
a terrenos.
Además,
se ha destacado el carácter transitorio de esta disposición,
que sólo afectará a los terrenos que se encuentren en esta
situación en el momento de entrada en vigor de la ley.
Por ello, los
terrenos podrán convertirse en urbanos sólo cuando se revise
el planeamiento y lo que se construya después será ilegal.
LA OPOSICIÓN
ECOLOGISTA
El grupo ecologista
GOB exigió a los partidos del Govern balear (PSIB y Més)
que «actúen con responsabilidad» y retiren ya la disposición
adicional 14 de la recién aprobada ley de urbanismo al ser un «escándalo
mayúsculo» fruto de un «pacto» de los socialistas
y del PP. Se trata del punto que permite legalizar terrenos en Platja d´en
Bossa (propiedad del Grupo de Empresas Matutes) y en Cala Tarida y que
en el último momento se incorporó en la ley a petición
del Ayuntamiento de Sant Josep.
Los ecologistas
piden que se derogue esa disposición «tan pronto» como
entre en vigor esta ley. En un comunicado, el GOB critica que esta norma
abre la posibilidad de «saltarse con una ley a la carta» el
cumplimiento de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de las
Illes Balears (TSJIB) que dejaba como rústicos los terrenos de la
familia Matutes.
También
permite «recuperar» urbanizaciones en suelos desclasificados
protegidos por las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT)
por leyes posteriores, aunque el Govern defiende que sólo afectará
a Platja d´en Bossa y Cala Tarida.
Por otra parte,
«supone premiar» a los ayuntamientos que no disponen de planeamiento
adaptado con urbanizaciones que se han desarrollado de manera irregular
sin tramitar los correspondientes instrumentos de planificación.
El GOB pide al Ejecutivo balear que «no dé continuidad ni
ampare una ley que pretende emplear el urbanismo para legalizar la especulación
y premiar las malas prácticas urbanísticas».
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