El abogado
de la Comunidad reclamó la nulidad del acuerdo del Pleno alegando
que "vulneró el proceso administrativo legalmente establecido".
Expuso, además, que el Ayuntamiento "incurrió en defectos
legales" de dos maneras. La primera de ellas por las mesas de debate entre
octubre de 2015 y abril de 2016 de mesas de debate en la que participaron
los diferentes agentes sociales implicados en la actuación, como
la Empresa Municipal de Transportes (EMT) o Adif.
Para la Comunidad,
estas mesas "no tenían cabida en la Ley del Suelo actual", al ser
un proceso que no se recoge en la misma. Otro de los puntos que criticó
la Comunidad fue el informe del Ayuntamiento de 29 de abril de 2016 derivado
de las citadas mesas, que recogía lo discutido en las mismas.
Defendieron
también que el Consistorio no podía formular la renuncia
del convenio anterior en el pleno de 2016 porque "la personalidad jurídica
seguía siendo la misma", y que, a su vez, no hizo publicidad de
esas actuaciones notificando a las partes implicadas en el proyecto.
Por su parte,
el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid,
José Manuel Calvoreiteró en varias ocasiones que no entiende
por qué la Comunidad de Madrid mantenía este recurso "de
forma unilateral" cuando el resto de partes (Distrito Castellana Norte
y el Ministerio de Fomento a través de Adif) han pedido la suspensión
de procedimientos similares y no han participado en éste.
Calvo sostuvo
que es "momento de hablar, de llegar acuerdos" y que mantener abiertos
estos procesos judiciales "no ayuda nada a alcanzar el objetivo de cerrar
un acuerdo que beneficie a todas las partes".
El delegado
explicó que se encuentran en un proceso de diálogo para desarrollar
un nuevo plan, para el que todavía no se ha alcanzado un acuerdo,
que "resuelva una brecha urbana que lleva paralizada 25 años". Además,
Calvo se ha mostrado "convencido" de que se terminará llegando a
una solución y de que "es el momento de que se ponga en marcha".
CLAVES
La Comunidad
de Madrid mantenía un recurso interpuesto en mayo de 2016, cuando
el equipo de Gobierno de Ahora Madrid tumbó unilateralmente el convenio
firmado en enero de 2015 por Fomento, BBVA y la entonces alcaldesa Ana
Botella. La situación se recondujo a finales de 2016 gracias a la
buena relación entre la alcaldesa Manuela Carmena y el ministro
de Fomento, Íñigo de la Serna. Adif (Fomento) y Distrito
Castellana Norte (BBVA) retiraron su recurso tras el preacuerdo de julio.
Con la postergación
de la apelación ante la Sección Primera de la Sala de lo
Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid,
el TSJM no resolverá todavía. Es el último obstáculo
a una operación que se empezó a negociar en 1993, hace 24
años.
Según
fuentes de la Comunidad, el recurso responde a la búsqueda “seguridad
jurídica” a través de “un informe que así lo garantice”,
especialmente tras el rechazo unilateral del antiguo convenio. El preacuerdo
de julio reduce sustancialmente el número de viviendas con relación
al plan de 2015 (de 17.000 a 11.000 pisos), pero aumentaba la capacidad
del sector terciario (oficinas).
Las negociaciones
continúan, basadas en cuestiones de ordenación urbanística.
Es decir, lo más importante: por dónde irá la prolongación
de calles, dónde el futuro centro de convenciones, qué tamaño
tendrán las calles o qué dotación de servicios habrá
para los futuros barrios que nazcan del soterramiento de la Estación
de Chamartín.
SITUACIÓN
ACTUAL
La Operación
Chamartín (rebautizada Madrid Nuevo Norte) parecía a finales
de julio definitivamente desbloqueada 24 años después de
que se dieran los primeros pasos para una gran operación urbanística
en el norte de Madrid. Pero al principio de acuerdo del 26 de julio entre
ayuntamiento, Ministerio de Fomento y BBVA se presentó un recurso
judicial de la Comunidad de Madrid, que el Tribunal Superior de Justicia
de Madrid (TSJM).
El recurso,
que puede bloquear judicialmente todo lo pactado, viene de mayo de 2016,
cuando el ayuntamiento de Madrid paralizóó unilateralmente
el convenio firmado en enero de 2015 por Fomento, BBVA y la entonces alcaldesa
Ana Botella y, entre otras cosas, redujo el número de viviendas
de 17.000 a 4.500. El 26 de julio pasado se firmó el acuerdo, con
11.000 viviendas, 2,8 millones de metros cuadrados (frente a los 3,3 de
Botella) y muchas cuestiones por resolver aún.
El recurso
se planteó en mayo de 2016, pero fue retirado por BBVA y Fomento
BBVA, a través
de su filial Distrito Castellana Norte (DCN) y Fomento se adhirieron en
su día al recurso, elaborado desde la Abogacía del Estado.
Pero al retomarse las negociaciones ambos solicitaron su suspensión.
El pasado 13 de noviembre, la Comunidad de Madrid se opuso a dicha suspensión
y demanda ahora a todas las partes: Consistorio, DCN y otros más
pequeños implicados en la operación como la Junta de Compensación
de Fuencarral, el Arzobispado de Madrid… hasta un total de diez. El letrado
del Ejecutivo comunitario justificó la no suspensión del
recurso “habida cuenta que implica una dilación innecesaria del
procedimiento de impugnación de un acuerdo que se considera contrario
a derecho, y que debe resolverse cuanto antes por los intereses afectados”.
Sin embargo,
el recurso señala que “el hecho de que se continúe con el
procedimiento no empece a que se puedan llegar a acuerdos en cualquier
momento de la sustanciación de estos autos antes de la sentencia,
sin necesidad de que se suspenda el procedimiento”. En otras palabras,
las discusiones relativas a la ordenación urbanística podrán
continuar sin perjuicio de que el proceso judicial arruine Madrid Nuevo
Norte. Pero tampoco facilitaría las cosas.
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