Se trata de
términos municipales con una población inferior al millar
de habitantes. Sólo en cinco casos se supera esta cifra, con Vega
de Espinareda como el más poblado, con 2.232 habitantes, según
los datos del padrón. En total, suman 37.135 habitantes, sobre los
más de 473.000 de la provincia, y ocupan una superficie de 5.225
kilómetros cuadrados de los 15.581 del territorio leonés.
El sur de León
es la zona de la provincia que más ayuntamientos se regirán
por la planificación provincial, así como la comarca de La
Bañeza, Cabrera, y parte de la Maragatería y el Bierzo. En
la zona norte es donde menos municipios carecen de normas subsidiarias
municipales.
Las normas
provinciales regirán en ayuntamientos para los que resulta especialmente
gravoso contratar la redacción de su planeamiento urbanístico.
De todos a los que afectarán, sólo una docena disponen de
Proyecto de Delimitación de Suelo Urbano, documento que constatación
de la realidad de cuáles son los terrenos que en el término
municipal cumplen los requisitos de urbanización básica o
consolidación de la edificación, pero no son instrumentos
de planeamiento urbanístico.
En el resto
no existe ningún tipo de planeamiento, excepto las normas provinciales
de 1991. Perderán vigencia en aquellos municipios que decidan afrontar
la redacción de sus normas subsidiarias municipales.
Según
apuntaron alcaldes consultados, la normativa urbanística provincial
tiene como ventaja y a la vez inconveniente su carácter más
general, dado que debe aplicarse en comarcas tan dispares de toda la provincia,
de forma que determinadas restricciones que, de otra forma, impondrían
los ayuntamientos a las nuevas edificaciones no se contemplan. Esta característica
otorga cierta libertad a los vecinos a la hora de acometer determinadas
obras.
Las provinciales
incluirán los mismos apartados que otras normas subsidiarias, con
memoria informativa que describa la localización, extensión,
límites geográficos y núcleos de población,
así como un análisis histórico y otro socioeconómico
población y estructura económica, entre otros documentos.
Además,
incluirá una memoria vinculante con los objetivos y propuestas que
adopta el instrumento de planeamiento, una propuesta de dotaciones urbanísticas,
la protección de determinados espacios bien de tipo, cultural o
medioambiental, la normativa urbanística, con las determinaciones
para el suelo urbano y para todas las categorías de suelo rústico
de los municipios sin instrumentos de planeamiento municipal. Añadirá
un catálogo de elementos protegidos, así como los planos
pertinentes.
Con un presupuesto
base de licitación de 200.000 euros, incluidos impuestos, el proceso
de redacción de las normas se ejecutará en cuatro fases:
un avance —memoria informativa y planos—, que se presentará a los
seis meses de la firma del contrato; el documento de aprobación
inicial, que tendrá un plazo de entrega de 12 meses; la aprobación
definitiva, con un plazo igual al anterior, que empezará a contar
una vez finalice el periodo de información pública; y el
documento final, fase de menor duración —tres meses—, que, sin embargo,
habrá de esperar el informe favorable del Consejo de Medio Ambiente,
Urbanismo y Ordenación del Territorio.
OTRAS PROVINCIAS
La Consejería
de Fomento y Medio Ambiente también licita en estos momentos las
normas urbanísticas provinciales para Valladolid —donde el proceso
de adjudicación está ya muy avanzado, y Soria. En los tres
casos el presupuesto base de licitación es el mismo. Cabe destacar
que en Soria el planeamiento servirá a 128 de sus 183 municipios
—en León no alcanza a la mitad— que suponen el 51% de la superficie
de esta provincia —en el caso leonés, ronda una tercera parte—.
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