Las Comunidades
del noroeste peninsular, Galicia y Asturias, presentan una situación
estable: la oferta de suelo es baja, con ligeros incrementos en su valor,
pero sin grandes operaciones urbanísticas. Esta situación
es similar en las Comunidades adyacentes como Castilla y León y
Cantabria. A pesar de la estabilidad, se registran casos concretos de incidencias
de planes urbanísticos, entre los que cabe destacar los de Vigo,
Orense, Barreiros, Gijón, Llanes y Santander.
En lo que se
refiere al País Vasco, se mantienen las previsiones de estabilidad
del mercado, con algún repunte en la actividad de suelo en Donostia
San Sebastián. En esta región se aprecian menores oscilaciones
que la media debido a un desarrollo más racional y ajustado en su
momento a la demanda. Estas condiciones de mercado llegan hasta el norte
de Navarra y Pamplona, con ligeros repuntes de actividad, especialmente
en la capital, pese a que se mantiene una importante bolsa de suelo. Sin
embargo, el sur de Navarra registra una suave tendencia del precio del
suelo a la baja, que se extiende también al mercado de La Rioja,
a excepción de algún repunte en zonas consolidadas de las
principales ciudades.
Esta situación
es similar a la que encontramos en Aragón, donde además de
la tendencia general de precios a la baja salvo en puntos concretos de
los principales núcleos de población, cabe señalar
que existe una importante bolsa de suelo vacante. Como ya se señaló
en la anterior edición del Mapa del “Tiempo Urbanístico”,
la zona más sensible en la Comunidad es el barrio de Arcosur en
Zaragoza, que cuenta con suelo directamente edificable para la construcción
de 21.150 viviendas, de las cuales se han edificado solo 15 parcelas y
todavía hay viviendas en venta. Teniendo en cuenta que esta zona
linda con el barrio Valdespartera, de nueva creación y donde se
empezaron a ocupar 9.687 viviendas en 2008, así como que la capital
aragonesa tiene una población de aproximadamente 700.000 habitantes,
sólo con esta oferta se podría cubrir la demanda de vivienda
nueva en Zaragoza durante casi una década al ritmo actual de absorción.
Cataluña
merece una especial atención ya que presenta una notable heterogeneidad,
una situación que parece consolidarse pero que genera importantes
dudas debido al impacto que la incertidumbre política puede generar
sobre la economía. La Ciudad Condal sigue destacando respecto al
resto de la región, siendo uno de los motores de la reactivación
del mercado del suelo. Por el contrario, el norte de la comunidad, especialmente
Girona, es un mercado casi paralizado, sin oferta de suelo disponible ni
operaciones y, consecuentemente, con poco desarrollo de suelo. El resto
de Cataluña presenta cierto estancamiento, con menor dinamismo que
la provincia de Barcelona.
Del mismo modo,
Madrid parece consolidar un mercado también heterogéneo,
liderado por la capital, como pasa en Cataluña, aunque en este caso
sin los posibles efectos de la incertidumbre política. Se podría
decir que la actividad crece en base a la cercanía con el centro
de la Capital: la escasez de suelo en el interior de la M-30 conlleva un
claro repunte del valor del suelo destinado al uso residencial y terciario.
Otra de las
regiones con mayor complejidad en el mercado del suelo es la Comunidad
Valenciana. Aunque en general se ha registrado una evolución plana,
todavía existe una ligera tendencia a la baja. Sin embargo, por
un lado, detectamos un repunte de actividad en suelos ubicados en zonas
consolidadas de la ciudad de Valencia. Por otro, y frente a la última
edición del Mapa del tiempo urbanístico, las previsiones
para Alicante son más favorables, con una tendencia a estabilizar
el mercado residencial y ligero repunte de precios de vivienda. No obstante,
esta situación aún no se ha trasladado al suelo, debido al
importante stock (bolsa de suelo) aún existente y las incidencias
urbanísticas en algunos de sus principales municipios.
En las
Islas Baleares se consolida tanto el aumento de la demanda como el incremento
de los precios, sobre todo en las zonas costeras, especialmente en Ibiza,
pese a la incertidumbre urbanística que genera la situación
de su planeamiento.
La situación
del mercado en Castilla-La Mancha difiere diametralmente del mercado balear,
donde hay una alta disponibilidad de suelo sin que esté previsto
su desarrollo. En cuanto a los precios, los valores alcanzados en suelos
urbanizados se sitúan próximos los niveles de los suelos
rústicos. Asimismo, cabe destacar el caso de Guadalajara donde en
alguna zona encontramos varias fases y sectores donde se han vendido viviendas
por debajo de su coste de construcción, promovidas por entidades
financieras. Junto con Castilla y León, se trata de una de las zonas
más lejos de alcanzar la recuperación.
En Andalucía
se consolida la situación del mercado, paralizado en general. Sin
embargo, se han detectado repuntes significativos y mayor actividad en
ciertas ubicaciones de la Costa del Sol (Málaga) y la Costa de la
Luz (Cádiz), así como en Sevilla capital. Se mantiene la
baja actividad y una dinámica de mercado lenta en la zona de Andalucía
más oriental, especialmente en Almería.
En lo que respecta
a Extremadura, la situación del mercado es similar a la media en
Andalucía, sin mucha actividad en el mercado del suelo.
Por último,
Canarias tiene un nivel de suelo disponible alto con una actividad con
tendencia plana o aún a la baja en muchas zonas.
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