El Departamento
de Gobernación de la Generalitat de Cataluña intenta reducir
los alquileres abusivos a través de bonificaciones fiscales y ayudas
a los propietarios que fijen precios justos.
Para ello ha
presentado las conclusiones del grupo de trabajo de expertos sobre alquiler
conformado en septiembre pasado y entre ellas se encuentra la creación
de un índice de precios. Este servirá de referencia para
que Ayuntamientos o el mismo Gobierno autonómico otorguen bonificaciones,
por ejemplo, en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).
La Generalitat
y el Ayuntamiento de Barcelona llevan meses trabajando en buscar fórmulas
para intentar limitar los precios abusivos.
La solución
es complicada porque Cataluña no cuenta con un gran parque de alquiler
social como sí ocurre en el resto de Europa que tienen límites
a los precios que se cobran por las viviendas.
El grupo de
trabajo ha encontrado en la puesta en marcha del índice una fórmula
dentro de las competencias de Cataluña y que ayudaría a mantener
el buen estado del parque de viviendas, una de las preocupaciones en el
caso del control de rentas.
La lista que
será pública en Internet, se construirá utilizando
como referencia las fianzas depositadas en el Incasòl y además
se valorarán criterios como la superficie, la ubicación,
el estado de la finca, si está amueblado o no y la eficiencia energética.
Los dueños
de los inmuebles podrán pedir el dinero que consideren por el alquiler,
pero tendrán que alertar y publicar que está sobre el precio
del índice. La Generalitat plantea además que tanto sus ayudas
para rehabilitación como las de los Ayuntamientos se concedan preferentemente
a los propietarios que certifiquen que ofrecen sus pisos a precios inferiores
al índice. Borràs espera aprobar el decreto en dos meses.
La Generalitat
espera que los Ayuntamientos utilicen el índice para desarrollar
sus propias bonificaciones, por ejemplo, con el Impuesto de Bienes Inmuebles
(IBI). Los alquileres que estén por encima del precio listado no
podrán acceder al aval de alquiler de la Generalitat.
Los expertos
convocados por la Generalitat también proponen crear un registro
de arrendamientos, donde estará la información tanto de los
caseros como de los arrendatarios, que sirva para registrar malas prácticas.
También han puesto sobre la mesa la posibilidad de alargar el contrato
hasta los cinco años con la posibilidad de otros tres de prórroga,
algo que sí tiene que ser regulado a nivel estatal.
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