El documento
-que ha recibido un total de 216 alegaciones-, cataloga las 3.690 construcciones
que existen actualmente la franja litoral -fuera del suelo urbano y los
núcleos rurales-; las analiza una a una y las clasifica en función
de su mayor o menor valor cultural y arquitectónico y su integración
en el entorno.
En aquellas
edificaciones que califica de "protegidas" e "integradas" (las de más
interés y que mejor armonizan en su entorno), se permite el cambio
de su uso actual a otros turísticos, talleres artesanales, dotaciones
y equipamientos.
La finalidad
de esta medida es estimular la conservación de esas construcciones,
contribuyendo a preservar su aportación al paisaje, y favorecer
que el litoral sea también espacio de acogida de actividades compatibles
con un alto grado de protección.
Asimismo, identifica
aquellas construcciones con mayor impacto en el entorno y establece, para
aquellas que lo admitan, unas pautas para llevar a cabo correcciones que
permitan convertirlas en aceptables para el litoral.
Las entidades
restantes mantendrán por lo general su uso, sin que puedan llevarse
a cabo obras de ampliación, a excepción de instalaciones
agrícolas o ganaderas que cumplan con unos determinados requisitos
fuera de la franja de los 500 metros del suelo de costas.
El PESC subdivide
además la zonificación preexistente en el POLA y crea una
nueva categoría para proteger de forma más estricta 29 áreas
de un valor especial pertenecientes a cuatro tipos: campos dunares o playas
dotadas de ellos, humedales, espacios con vegetación de interés
y formaciones geológicas de interés.
La franja litoral
asturiana congrega actualmente -fuera del suelo urbano y los núcleos
rurales- 3.690 edificaciones. Todas ellas, una a una, son objeto de análisis
y clasificación en el Plan Territorial Especial del Suelo de Costas
(PESC) que acaba de aprobar con carácter definitivo la Comisión
de Urbanismo y Ordenación del Territorio del Principado de Asturias
(CUOTA). Entre otras funciones, el documento, que ha recibido 216 alegaciones
en su tramitación, diagnostica las edificaciones existentes en suelo
no urbanizable de costas y, junto con los veintiún ayuntamientos
afectados, permite «consolidar la posición de Asturias a la
vanguardia de la protección del litoral», según la
nota hecha pública tras la reunión del organismo.
El plan pretende
«estimular la conservación de esas construcciones, contribuyendo
a preservar su aportación al paisaje, y favorecer que el litoral
sea también espacio de acogida de actividades compatibles con un
alto grado de protección». Para ello, ha analizado una a una
las construcciones y las ha clasificado en función de su mayor o
menor valor cultural y arquitectónico y su integración en
el entorno. En aquellas que califica de «protegidas» e «integradas»
-las de más interés y mejor armonía con su entorno-
se permite el cambio de su uso actual a otros turísticos, talleres
artesanales, dotaciones y equipamientos.
Para las que
presentan un mayor grado de impacto en el entorno, el plan establece pautas
correctoras que permitan convertirlas en «aceptables» para
el litoral. El resto de las edificaciones podrán mantener por lo
general su uso, aunque sin posibilidad de obras de ampliación, excepción
hecha de instalaciones agrícolas o ganaderas que cumplan con unos
determinados requisitos fuera de la franja de los 500 metros del suelo
de costas.
OTRAS NOTICIAS
Por otra parte,
en la reunión de la CUOTA se ha trasladado a los miembros del pleno
el contenido de la revisión las Directrices Regionales de Ordenación
del Territorio (DROT) que, en su fase de avance, se encuentra actualmente
en tramitación, concretamente en información pública
para la aportación de sugerencias hasta el 8 de noviembre.
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