Empieza Rodríguez-Avial
avanzando su opinión, que está a favor de reconsiderar el
Plan de 2011 y añade “pudiera no estimarse objetiva porque, entre
1992 y 2012, fui sucesivamente gerente de la Oficina del Plan General,
de la Gerencia Municipal de Urbanismo y del Consorcio para la Prolongación
de la Castellana. Actualmente, soy un arquitecto urbanista prejubilado,
pero que sigo comprometido con la sociedad y la ciudad de Madrid, en la
que nací, vivo y a la que amo. Y la expongo por responsabilidad
profesional y personal”.
“El Plan de
2011 fue aprobado definitivamente ese año por el Ayuntamiento, pero
fue anulado parcialmente por dos sentencias, aunque solo en parte y sin
desvirtuar su concepción global. Los promotores optaron por elaborar
una nueva ordenación muy distante, que fue denegada por el Consistorio
el pasado 25 de mayo. Y este ha propuesto, a su vez, otra rechazada recíprocamente
por aquellos. La Prolongación de la Castellana parece haber entrado
en vía muerta.
Para hacer
ciudad este importante desarrollo urbano debe atender a los objetivos establecidos
en el Plan General vigente que, entre otros, son los de crear una nueva
centralidad en el entorno del gran eje vertebrador que es la Prolongación
de la Castellana, —entendida como un área densa, con una mezcla
equilibrada de actividades y funciones que permitan una intensa vida social
y urbana—, atractiva para grandes instituciones, empresas, museos, teatros,
auditorios, hoteles… y con la necesaria componente residencial. Así
como el de integrar la nueva Estación de Chamartín, como
intercambiador de transporte fundamental, y facilitar el incremento de
la conexión este-oeste.
El actual debate
ciudadano debería centrarse en si se mantienen o no dichos objetivos
porque, en caso de alterarlos, tendrá que tramitarse una modificación
sustancial del Plan General. La ordenación aprobada en 2011 sí
los recogía, pero ni la propuesta en Distrito Castellana Norte,
DCN, ni la municipal, Madrid Puerta Norte, plantean una verdadera prolongación
de la Castellana y, esta última, carece de la mezcla equilibrada
de usos (mantiene una antigua zona industrial incompatible con una nueva
centralidad); desequilibra el norte y el sur de la M-30 y carece, además,
de la suficiente masa crítica, al reducir la edificabilidad y bajar
de 17.000 a 4.000 las viviendas; todo ello con un enorme riesgo de acabar
en los tribunales.
El diseño
urbano aprobado en 2011 presenta mayor calidad urbana, dada su estructura
y equilibrio entre las zonas, y son reseñables sus propuestas en
movilidad, transporte y eficiencia energética, pioneras en España.
Partir de esta ordenación es, posiblemente, la única manera
de desatascar el proyecto. Tras corregir los defectos señalados
en las citadas sentencias, habría que actualizarlo, pero es posible
su tramitación en un periodo reducido de tiempo, al no tener que
modificar su planteamiento conceptual.
Con estas reflexiones
pretendo, además de contribuir al actual debate, colaborar al entendimiento,
especialmente entre las administraciones, para que se aproveche una oportunidad
excepcional de atraer inversión extranjera. Tras el Brexit, la Prolongación
de la Castellana podría ser la nueva city dada la situación
de Madrid y su relación con el Magreb e Iberoamérica”.
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