Y es que para
que podamos circular seguros, el mantenimiento de las infraestructuras,
empezando por el asfalto de las calles y carreteras, es primordial. Una
carretera o calle con asfalto en mal estado puede, en casos extremos, llegar
a provocar accidentes. Y en otras ocasiones es un factor agravante, por
ejemplo cuando no se consigue evacuar el agua de las lluvias y se forman
enormes y profundos charcos.
De momento
se trata de un proyecto que está en su fase inicial y cuyo objetivo
es convertir la ciudad de Leeds en la primera ciudad del mundo “auto reparable”.
La idea es evitar que para arreglar un bache se tenga que cortar la calle
y desplazar un equipo de varias personas con maquinaria pesada.
Los drones
y otros robots se encargarían de vigilar las calles en búsqueda
de fallos en fase inicial, como el alumbrado público defectuoso
o un pequeño agujero en el asfalto que podría convertirse
en bache a la larga, y arreglar el fallo en su fase inicial. Si no arreglas
el pequeño trozo de asfalto que ha saltado, con el tiempo y el pase
de los vehículos, especialmente de los más pesados, ese agujero
se irá convirtiendo en un bache, peligroso para los motoristas,
dañino para nuestros coches y un factor de riesgo añadido
en caso de lluvia. Entonces sí que habría que recurrir a
maquinaria pesada y cortar, o limitar, el tráfico para poder arreglarlo.
Y es que más
allá de lo espectacular que un dron (o un equipo de drones) arregle
baches incipientes es un proyecto que quiere “ser proactivo más
que reactivo”, según explica el Dr. Raúl Fuentes, de la Facultad
de Ingeniería Civil de la Universidad de Leeds. “Es crucial que
tengamos infraestructuras sostenibles y flexibles. Nuestras intervenciones
estarán muy definidas y precisas para que sean invisibles para el
ojo humano y antes de que se conviertan en un problema”.
Esta investigación
del equipo de la Universidad de Leeds también explorará el
impacto social, medioambiental, político y económico que
un equipo de mantenimiento compuesto por robots pueda tener en la ciudad.
Los primeros ensayos in situ deberían comenzar a lo largo de este
año.
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