Según
el presidente de ASPRIMA, Juan Antonio Gómez-Pintado, la recuperación
del sector es cada vez “más intensa”, como lo demuestran las 356.000
viviendas vendidas en 2015 y un crecimiento en las ventas previsto para
este año del 16%, aunque recalcó que la “incertidumbre por
la situación política” preocupa al sector.
Gómez-Pintado
señaló que la inercia de la recuperación económica
y de la demanda residencial, alimentada por la renovación y reposición
de stock derivados del ajuste de precios, especialmente en las grandes
ciudades, ha ayudado a resistir al sector residencial, aunque afirmó
que este fenómeno es “finito”, porque sobre la industria se cierne
“la espada de Damocles de la caída demográfica” que es necesario
compensar.
Esta “inercia,
potenciada por los vientos de cola” han sido claves para la economía
española, que, según Ángel Bergés, vicepresidente
de Analistas Financieros Internacionales (AFI), no debe “llamar a la complacencia”,
dado que el gobierno que saldrá de las elecciones del 26J tendrá
que “poner orden en las cuentas públicas para garantizar la sostenibilidad
de la deuda”, acometiendo reformas en la administración pública
que Europa demandará al nuevo ejecutivo.
No obstante,
subrayó que, para el sector inmobiliario, la política monetaria
y los tipos de interés cero o por debajo de cero favorecen claramente
a un sector tan sensible a este indicador, lo que ha permitido que la inversión
“recupere vigor”. Sin embargo, advirtió que un escenario de tipos
bajos no es recomendable, porque es el síntoma de “riesgos deflacionarios”.
El presidente
de ASPRIMA dijo que los condicionantes económicos favorables deben
contribuir a crear empleo y a generar un “efecto llamada sobre la inmigración”
que equilibre el descenso demográfico, y favorezca la creación
de nuevos hogares, lo que permite a los promotores trabajar con una previsión
de construcción de nuevas viviendas para los próximos
ejercicios de entre 120 y 140 mil unidades anuales.
En este sentido,
desarrollar productos residenciales adaptados a los “Millennials”, con
demandas específicas y un acceso a la financiación más
restringido, será la clave para el futuro del sector, que confía
en la industrialización y en la mejora de procesos para reducir
los costes de producción y, por tanto, los precios de las viviendas
a los jóvenes.
El director
de Relaciones con Inversores de SAREB, Manuel Enrich, insistió en
que el sector residencial sigue ofreciendo oportunidades de inversión,
como demuestran las 35.000 viviendas vendidas durante los tres años
de vida de esta entidad y sus 12.800 millones de euros de ingreso en este
mismo período.
Enrich señaló
que SAREB se enfocará en el mercado minorista, como ya hizo en 2015,
conviviendo con los nuevos comercializadores, mejorando el conocimiento
de los servicers con los que trabaja y de la cartera transferida, y contribuyendo
a reforzar sus campañas comerciales para la venta de inmuebles a
su cargo.
Los activos
del segmento “comercial property”, especialmente en grandes ciudades, también
son una oportunidad que ofrece el mercado español, como apuntó
Javier Beltrán, director y CEO para el Sur de Europa de The Carlton
Group, y recalcó que el 80% de la inversión en este tipo
de activos es de origen extranjero, por lo que es fundamental “cuidar la
imagen del país” para atraerles y retenerles.
No obstante,
apuntó también a la inestabilidad política y a la
escasez de producto como potenciales riesgos, aunque aseguró que
las rentabilidades están empezando a subir, tanto en este segmento
como en los activos hoteleros, con gran potencial para el capital inversor,
dado su efecto multiplicador en residencial y retail, como demuestra el
ejemplo de Barcelona.
Finalmente,
los participantes de la mesa redonda pidieron al nuevo gobierno que se
forme tras las elecciones generales “la menor interferencia posible”, como
apuntó Ángel Bergés, de AFI, y estabilidad en las
reglas de juego, como demandó Manuel Enrich, de SAREB.
El presidente
de ASPRIMA insistió en que los políticos deben “identificar
los problemas de la sociedad y, eliminando el sesgo político, trabajar
para solucionarlos”, mientras que Javier Beltrán, de The Carlton
Group, pidió “políticas de sentido común” para estimular
la inversión, que “es positiva, crea empleo y oportunidades”.
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