Cuando un
cliente es capaz de experimentar un proyecto en detalles tan impresionantes,
que son capaces de obtener una mejor idea de lo que quieren y no quieren,
el arquitecto está ahorrando mucho tiempo en la reelaboración
de los proyectos.
La realidad
virtual puede mejorar la iluminación. Un cliente puede cambiar las
luces de encendido y apagado para ver cómo las diferentes configuraciones
de iluminación afectan el espacio. Ese tipo de interactividad es
a la vez agradable desde la perspectiva de un cliente, y también
les permite ver todos los aspectos de un diseño de forma rápida.
Las simulaciones
pueden incluir algo tan simple como el ejemplo anterior de iluminación,
pero ¿qué pasa con estructuras más grandes, como edificios
de oficinas, aeropuertos, etc.? Aquí, la tecnología realidad
virtual puede permitir a los diseñadores copias ejemplos del mundo
real y ver cómo interactúan con su entorno.
Por ejemplo,
usted puede probar sus sistemas de salida de emergencia mediante la colocación
de una persona en una parte oscura de un edificio y ver la rapidez con
que pueden salir mediante el sistema de señalización que
ha puesto en su lugar. Los modelos de computadora pueden ser capaces de
mostrarnos cómo la gente puede salir del edificio. Estas ideas harán
que los futuros edificios sean más seguros y más fácil
de usar.
Eso es sólo
el principio de que estos tipos de simulaciones pueden tomar realidad virtual
en la arquitectura.
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