En cuanto
al PAT, se articulará con cuatro instrumentos y se obligará
a los ayuntamientos afectados a proteger un 50% de la huerta de su municipio
e incluirla en el catálogo de zonas verdes; si se utiliza suelo
periurbano en desuso (como una fábrica abandonada), quien aborde
la actuación tendrá que recuperar dos terceras partes de
ese terreno a ser campo de cultivo; creará un ente gestor que creará
una marca de calidad de los productos de la Huerta, impulsará mercados
de ‘kilómetro cero’, creará un cuerpo de vigilancia para
controlar y sancionar hurtos (una de las demandas del sector) e impulsar
la formación agrícola.
El PAT prevé
la expropiación del uso (no de la propiedad) de los campos abandonados,
donde no se haya cultivado en los últimos tres años, que
se cederán en un arrendamiento forzoso a otro agricultor (que pagará
por él al propietario). El objetivo, han explicado, es revitalizar
la huerta, para lo que es fundamental que el papel de los agricultores,
por lo que debe garantizarse que su trabajo sea económicamente sostenible.
En este sentido,
Gavaldà (Per l’Horta) ha apuntado que es necesario “quitarle cargas”
a los agricultores. “El sello ecológico es un servicio ambiental
para la comunidad.
La consellera
María José Salvador ha añadido que están estudiando
“medidas ambiciosas” para revitalizar la huerta como “usos del sector terciario
compatibles con la actividad agrícola”. Gavaldà ha alertado
del peligro de construir casas rurales o bares que acabarán quitando
espacio de huerta para reservar zonas, por ejemplo, para aparcamiento de
coches.
El director
general de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje, Lluís
Ferrando, ha señalado que afectará a un total de 65 municipios
con los que se ha consensuado en reuniones previas el contenido de la futura
norma. Así, el PAT de l'Horta establecerá tres niveles de
protección para el suelo no urbanizable, además de crear
varios corredores paisajísticos que conectan las huertas de distintos
municipios.
El principal
punto de la ley, ha explicó Ferrando, «es el punto 42.3, que
no permitirá reclasificaciones del suelo en el futuro». Esto
supone un blindaje total al espacio de Horta protegido. No solo las tierras
se protegerán, sino que el PAT incluye un catálogo de más
de 1.000 elementos patrimoniales que hay que conservar, como alquerías,
acequias, molinos, barracas, etc.
El Plan de
Acción Territorial de l'Horta contará con cuatro instrumentos
fundamentales. En primer lugar se permitirá a los ayuntamientos
que la huerta que rodee a las poblaciones entre a formar parte del catálogo
de zonas verdes. Hasta ahora la norma estipula que por cada habitante se
reservan 10 metros cuadrados de espacio verde. Ahora, hasta el 50 % de
los denominados PQL podrán ser campos de cultivo.
En segundo
lugar se recuperará parte del suelo periurbano que está
en desuso. Es decir, «donde ahora existe una pequeña factoría
abandonada o similar, se obligará a que dos terceras partes de este
terreno vuelva a ser campo de cultivo», señaló Ferrando.
Otros de los
puntos más significativos será el de la expropiación
del uso (no de la propiedad) de aquellos campos que se dejen de cultivar
por un periodo de tres años, que serán cedidos durante otros
siete a un agricultor en sistema de arrendamiento.
Por último
se creará un Ente Gestor de l'Horta que creará una marca
de calidad de los productos, impulsará los mercados de kilómetro
cero en cada municipio y coordinará la creación de un cuerpo
de vigilancia que controle y sancione, no solo los hurtos en las explotaciones,
sino también la invasión de los bancales. Se pretende formar
a jóvenes para el imprescindible relevo generacional y se impulsará
un Plan Agrario para revitalizar la actividad.
Ferrando explicó
también que se ordenará el territorio de una manera «coherente»
y quiso también poner el énfasis en el valor patrimonial
que tiene la huerta.
En este sentido,
el director general de Ordenación del Territorio apuntó que
se apostará por la rehabilitación de estos elementos y que
dentro del Plan de recuperación también será obligación
de los ayuntamientos fomentar mediante planes de ayuda la rehabilitación
de alquerías.
El PAT propone
medidas ambiciosas en materia de uso público y de actividades terciarias
compatibles con la actividad agraria. En l´Horta se podrán
implantar de forma controlada actividades de restauración con productos
propios, instalaciones de turismo rural, centros de artesanía, mercadillos
y puestos de venta de productos de la huerta, todo ello con el fin de obtener
rentas complementarias a la actividad principal y dinamizar la actividad
productiva.
De igual manera,
en Plan se proponen un conjunto de itinerarios históricos, puntos
de conexión con los sistemas de transporte sostenible de alta capacidad,
una redes de miradores del paisaje, de puntos de acceso a l´Horta,
etc, «todo ello para el disfrute de una espacio cercano y cargado
de historia pero siempre respetando las labores cotidianas de los agricultores».
En este apartado, la consellera ha resaltado proyectos como el Anell Verd
Metropolità que «ya estamos ejecutando desde esta conselleria»,
explicó la máxima responsable, María José Salvador.
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