Estos sistemas
permiten compartir la información entre los agentes involucrados
en el diseño y construcción de un edificio, disminuyendo
los tiempos de ejecución y optimizando la utilización de
recursos.
En el caso
de las microempresas, el uso de las herramientas TIC se reduce a herramientas
básicas y no específicas del sector, como el e-mail, teléfono
móvil y programas de ofimática. Para la relación con
los proveedores de material para las obras el correo electrónico
es la herramienta más utilizada, aunque el control de la recepción
de dicho material generalmente continúa realizándose mediante
albaranes en papel.
Otras herramientas
en auge hoy en día, como las redes sociales o las tecnologías
cloud, apenas tienen presencia entre las microempresas, ya que las relaciones
de las empresas
de construcción
fundamentalmente están orientadas a sus proveedores y clientes (promotores,
grandes empresas constructoras que subcontratan parte de las obras, etc.),
tratándose todas ellas de relaciones B2B.
Las empresas
de la construcción son recelosas con su información, ya que
compiten en licitaciones con empresas semejantes y temen que sus competidores
puedan conocer en detalle sus ofertas.
El cloud computing
es percibido como algo abstracto y poco fiable en cuanto a seguridad.
En el trabajo
realizado directamente en la obra, las TIC apenas tienen presencia más
allá de la telefonía móvil o dispositivos para control
visual de la obra (cámaras digitales).
El acceso a
Internet se limita a aquellas obras de gran tamaño, que cuentan
con oficinas de obra informatizadas y conectadas para realizar un control
exhaustivo in situ del desarrollo de la obra.
VALORACIÓN
DEL IMPACTO DE LAS TIC
El sector construcción
sigue apostando por la implantación de las TIC, especialmente entre
las grandes empresas ques opinan que sin ellas sería imposible llevar
a cabo proyectos de manera eficiente, controlar y mitigar riesgos o acceder
a proyectos internacionales.
El único
proceso en el que las empresas confían menos en las TIC es en el
de comercialización de la oferta y presentación de productos,
dado que se trata de un negocio esencialmente B2B y los canales de relación
entre los agentes no pasan por servicios como la página web o las
redes sociales.
El personal
de obra sigue considerando únicamente de vital importancia el teléfono
móvil. Se trata de un sector muy autodidacta. Cuando se requiere
de personal con manejo informático y un cierto grado de dedicación,
las pequeñas empresas prefieren subcontratar la gestión de
los procesos TIC a terceros.
En las grandes
empresas el uso intensivo de las TIC es una realidad, facilitando la gestión
y control de los proyectos de construcción.
Desde el punto
de vista de las microempresas se percibe cómo las grandes constructoras
imponen la utilización de sus propias plataformas tecnológicas,
obligando incluso a pagar por su uso. Estas condiciones limitan la capacidad
de inversión en otras posibles soluciones tecnológicas, reduciendo
por tanto su capacidad de innovación.
Para poder
potenciar el uso de nuevas funcionalidades TIC, especialmente entre los
empleados de más edad del sector, se reclama la creación
de mayores planes de formación impartidos por los proveedores de
servicios a las empresas o desde las asociaciones sectoriales.
La necesidad
de mejorar la formación de los profesionales del sector es evidente.
Esta mejora de la formación permitiría un uso más
eficiente de la tecnología y una mejor relación a través
de las TIC con el resto de agentes.
Las constructoras
también recomiendan el establecimiento de programas de ayudas a
la formación y a la adquisición de soluciones tecnológicas.
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