1. Gestión
normalizada del ciclo de vida de los activos.
La implantación
de BIM y la norma ISO 55000 (Asset Management), junto con el cálculo
normalizado del coste total del ciclo de vida de los activos (p. e. la
norma ISO 15686-5), está posibilitando que se incrementen la eficiencia
en el desarrollo de las funciones clave en la gestión de inmuebles
mediante la aplicación de métricas y análisis comparativos
de rendimiento y costes.
También
permite que se monitoricen y alineen los programas de mejora continua acorde
a la estrategia corporativa o que se minimicen los riegos operativos y
medioambientales.
Incluso que
se garanticen el cumplimiento normativo y, especialmente, y tomen decisiones
fundamentadas, que realmente garantizan el rendimiento y racionalización
de los costes de operación y ocupación de los inmuebles.
2. El Coste
Total de Propiedad del inmueble (TCO) “Total Cost of Ownership”.
Para disponer
de inmuebles de alto rendimiento es necesario evaluar el Coste Total de
Propiedad (TCO) permanentemente, pero esto sólo es posible, si aceptamos
su carácter interdisciplinar.
El Coste Total
de Propiedad “Total Cost of Ownership” es un método de cálculo
que, aplicado al Facility Management, facilita la determinación
de los costes directos e indirectos relacionados con la tenencia y uso
de los inmuebles a lo largo de todo su ciclo de vida.
Se considera
que el coste de operación y ocupación representa aproximadamente
el 80% del Coste Total de Propiedad (TCO) del inmueble.
Esto significa
que el diseño y desarrollo de planes estratégicos debe prestarse
especial atención al gasto recurrente inherente al uso y conservación
del inmueble y sus activos, a lo largo de su vida operativa.
3. El BIM
como herramienta para calcular el Coste Total de Propiedad (TCO) del inmueble.
La estimación
eficaz de TCO requiere la disposición de información normalizada,
fiable y completa durante todo el ciclo de vida del inmueble.
El BIM ha facilitado
enormemente la estandarización e informatización de la información
física y funcional de los inmuebles.
Con la adopción
de BIM, las organizaciones están evitando retrasos, errores y costes
extras en el proceso de compilación, normalización y depuración
de la información técnica y funcional de los inmuebles, posibilitando
con ello una gestión más eficiente y eficaz de la cartera
inmobiliaria y el entorno de trabajo, así como, la racionalización
y optimización del uso de los recursos de la organización.
La metodología
BIM debe implantarse en todas las áreas funcionales y estar soportado
por el sistema de información corporativo a fin de que la información
relativa a los activos físicos de la organización, como,
por ejemplo, el histórico de disponibilidad, los costes de instalación
y puesta en marcha, coste de reemplazo, etc., estén a disposición
del personal vinculado a los “procesos de diseño, construcción
y uso de los inmuebles”.
La integración
de BIM en el sistema de información corporativo permite que el equipo
directivo conozca la evolución del rendimiento “físico y
funcional” de cada activo y, por tanto, anticipar las medidas correctoras
pertinentes.
La principal
ventaja que puede derivarse de la estimación del TCO del inmueble
es la previsibilidad y con ello la posibilidad de implementar una estrategia
de inversión y gestión de inmuebles alineada con la estrategia
corporativa.
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