La recuperación
medioambiental del suelo del futuro Parque Central es fundamental en el
proyecto diseñado por la paisajista Kathryn Gustafson que prevé
la creación de depósitos y pozos en el subsuelo para poder
aprovechar el agua de lluvia y constribuir a la sostenibilidad y eficiencia
de este nuevo pulmón verde. «Su recuperación medioambiental
es requisito indispensable para poder avanzar en los trabajos cuyo desarrollo
se han visto condicionados por esta circunstancia», apuntaron ayer
fuentes de Valencia Parque Central
Las actuaciones
contemplan medidas de saneamiento sobre el suelo afectado hasta la retirada
total de los materiales afectados eliminando así los focos de riesgo
y su posterior traslado a un vertedero autorizado. Los trabajos tienen
un plazo de ejecución de 3 meses.
Durante los
meses de agosto y septiembre la sociedad promovió una caracterización
detallada de los suelos que supuso el muestreo y posterior análisis
en el laboratorio de los suelos del ámbito de estudio, la elaboración
del correspondiente informe de caracterización analítica,
y la propuesta de las pertinentes recomendaciones de solución.
Ese estudio
determinó la probable existencia de entre 7.000 y 9.000 metros cúbicos
de residuos no inertes y no peligrosos, el equivalente al volumen de casi
cuatro piscinas olímpicas, que precisan un tratamiento medioambiental
específico, objeto de la contratación licitada ayer.
En los meses
transcurridos se ha ido seleccionando el tratamiento ambiental más
económico y se ha tramitado la autorización de pliegos de
contratación y presupuesto correspondientes. Valencia Parque Central
contrata y financia las obras cuyo coste será repercutido sobre
el propietario de la parcela, como en todos los casos de suelos contaminados.
La Sociedad
ha adjudicado por un importe de 61.640 euros a la UTE Consulnima- Geotécnica
y Cimientos los trabajos para la extracción y eliminación
de residuos en el nivel freático existente en el subsuelo producto
de las filtraciones de un depósito de hidrocarburos que se localizó
junto a la nave 1 —nave taller—. El foco contaminante se detectó
en el primer semestre del pasado año y se retiraron 145 toneladas
de lodos con hidrocarburos y otras 664 toneladas de residuos calificados
como no peligrosos.
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