En Cataluña,
la Generalitat está trabajando en una legislación específica:
la Ley Catalana de Arrendamiento Urbano, cuyas bases estarán listas
en el primer trimestre de 2017.
Paralelamente,
desde Barcelona también se está elaborando un índice
de referencia de los precios de alquiler, que se lanzará de manera
conjunta con la Diputación de Barcelona en el plazo de unos meses.
El objetivo será que los usuarios tengan una herramienta que les
ayude a contrastar las demandas de los propietarios con el monto real que
figura en los contratos de alquiler. Esta iniciativa no va tan encaminada
a sujetar los precios como que los inquilinos puedan conocer el valor real
medio de cada distrito de la capital catalana y del Área Metropolitana
de Barcelona, explican fuentes conocedoras de este proceso.
La idea, sin
embargo, no es nueva. París y Berlín hace poco más
de un año que regulan en esta materia. El consistorio parisino marca
un máximo a los incrementos de los precios basándose en un
índice de referencia que lleva 10 años funcionando y que
regula el observatorio de la vivienda de la capital francesa. En Berlín
hay muchas casuísticas diferentes. En algunos casos, durante tres
años el alquiler no puede subir por encima del 20% de un precio
que se establece en función de los precios de la zona. En otros
lugares de Europa, como en Suecia, los precios del alquiler los pactan
en negociaciones directas a los propietarios y los sindicatos de inquilinos.
El proyecto
de ley de vivienda, que sustituye los tres artículos de la norma
catalana 24/2015 de emergencia social suspendidos por el Tribunal Constitucional
(TC), se debate en el Parlament de Catalunya. El texto incluye dos novedades:
abre la puerta a la regulación de los alquileres abusivos en un
plazo máximo de nueve meses y busca que se reconozca el fenómeno
social de la ocupación de viviendas.
La norma introduce
una disposición final para legislar en un plazo máximo de
nueve meses el tema de los alquileres abusivos, “adoptando medidas que
contribuyan a evitar incrementos de las rentas que puedan considerarse
desproporcionadas”, según el texto que debatirá la Cámara
catalana.
La alcaldesa
de Barcelona, Ada Colau, ha reclamado que se limiten las rentas por ley.
Solamente el 1,5% de los pisos que hay en la ciudad tienen un alquiler
protegido. Actualmente, tres de cada cuatro viviendas de alquiler en la
ciudad de Barcelona superan los 1.000 euros mensuales.
El proyecto
contempla “expropiar el uso temporal de la vivienda” entre 3 y 5 años
para destinarla a alquiler social. Los datos revelan que la mitad de los
pisos propiedad de las entidades financieras están ocupados. En
el Registro de viviendas vacías y pisos ocupados tenía inscritos
el pasado mes de mayo más de 46.000 viviendas propiedad de entidades
financieras y grandes tenedores en alguno de los 72 municipios catalanes
con "demanda acreditada" de alojamientos. El texto argumenta que este parque
inmobiliario "es un instrumento clave para alcanzar los objetivos de la
ley". Un piso de 15 m2 por 1.000€ al mes, sin gastos incluidos. No
es Manhattan, es Sant Antoni, uno de los —hasta hace poco— barrios populares
de Barcelona.
Según
un estudio del Ayuntamiento barcelonés del pasado mes de septiembre,
en Barcelona hay 15.881 apartamentos turísticos, de los que 6.275
no tienen licencia, casi el 40% de la oferta. El 7,7% del parque de alquiler
son apartamentos para turistas y dedicarlos a ellos supone para los propietarios
unos beneficios entre el 7 y el 13%, mientras que dedicarlo al alquiler
convencional da “sólo” el 3 o el 4%, admite el mismo informe.
La normativa
municipal permite los alquileres sin necesidad de licencia siempre que
se superen 30 días. Este hecho ha provocado la reinvención
del negocio y un florecimiento de inmobiliaria de alquiler estacional,
que ha llevado a las de largo plazo a la búsqueda incesante de propietarios
que quieran alquilar pisos para estancias prolongadas.
El barrio Gótico,
en el que más de la mitad de las viviendas disponibles son pisos
turísticos, o el Raval, fueron el inicio.
En Barcelona,
el ayuntamiento está aplicando varias medidas para intentar frenar
la subida de los precios del alquiler. Una de ellas es ampliar el parque
público de vivienda, con la construcción de nueva vivienda
y “reclamando a las entidades financieras y grandes propietarios que cedan
vivienda o la vendan al Ayuntamiento para poder destinarla a alquiler social”,
señalan fuentes de la alcaldía. Se han ampliado las ayudas
públicas al pago del alquiler, pero para acceder a ellas los ingresos
netos de una persona tienen que ser inferiores a los 16.000 euros y el
alquiler del piso no puede superar los 800€.
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