El Banco de
España fija en 199.000 millones de euros los activos improductivos
-aquellos que son considerados dudosos y adjudicados- que siguen en poder
de las entidades financieras. Pese a la mejoría del sector inmobiliario,
solo han reducido este lastre en un 12% en el último año.
Así
consta en el Informe de Estabilidad Financiera de noviembre, publicado
por el Banco de España, que precisa que esta cifra "aún representa
un porcentaje significativo del activo total de los bancos en su negocio
en España" y constituye un "elemento de presión negativo
sobre la cuenta de resultados y la rentabilidad de las entidades". Estos
casi 200.000 millones suponen "un lastre en su balance y contribuyen" a
reducir su rentabilidad, como admite el supervisor.
El Banco de
España recuerda que entre 2011 y 2013 el descenso de los adjudicados
(adquiridos en pagos de deudas) se debió a los traspasos al banco
malo, la Sareb, "por un importe bruto transferido de 32.000 millones".
La caída de 2015 se debió a la venta de activos.
El informe
apunta que las cotizaciones han continuado siendo sensibles a las dudas
del mercado sobre las perspectivas de rentabilidad del sector bancario,
en un contexto en el que sus márgenes van a estar presionados por
el entorno de tipos de interés bajos, el aplanamiento de las curvas
de rentabilidad, el significativo volumen de activos improductivos, las
débiles perspectivas de crecimiento económico, las mayores
exigencias regulatorias y la competencia creciente de otros agentes.
Los activos
adjudicados, aquellos que reciben los bancos en pago de sus deudas procedentes
del negocio en España, se redujeron un 1,4% en tasa interanual a
junio de 2016, hasta los 81.000 millones. De este modo, el Banco de España
confirma que la tendencia de descenso "es muy moderada" en los últimos
años. Desde 2011 prácticamente no ha mejorado nada esta partida.
Del total de
activos adjudicados, un 39% es suelo, un 25% son edificios terminados y
un 22% son activos adjudicados procedentes de adquisiciones de vivienda.
Los edificios en construcción suponían un 5% del total en
junio. Esta situación explica por qué este asunto se ha enquistado
en la banca: Entre 2012-2015, las ventas de inmuebles alcanzaron los 25.500
millones, pero solo se ha deshecho de suelo por valor de 2.900 millones.
Esto supone
que solo han sacado de los balances el 12% del suelo adjudicado que tenían
desde 2012. Es decir, el suelo es el activo que más pesa en la cartera
pero el más difícil de vender. Como admite el informe,
de suelo "se ha vendido sólo un 6% de los 34.000 millones que existían
en balance a diciembre de 2014. Mientras, las ventas de vivienda representan
el 73% del total (18.600 millones).
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