El plan contempla
especialmente el Camino de Santiago —en sus ramales francés y madrileño,
que confluyen en el municipio—, así como el paso de éste
junto a las ruinas del Monasterio de San Benito y contempla el conjunto
histórico-artístico facundino, separado en dos zonas: el
entorno a la iglesia de San Lorenzo y el santuario de la Peregrina. Itinerarios
y monumentos están declarados Bien de Interés Cultural (BIC).
También
establece una tipología por zonas de edificios, analiza los espacios
públicos y propone una serie de mejoras que permitan mantener la
uniformidad del conjunto, de forma que la calidad de los espacios urbanos
y rurales mejore a medida que se vayan realizando obras y edificaciones.
Para el Ayuntamiento supone un marco claro para autorizar obras menores
y mayores en las zonas protegidas sin necesidad de recurrir de forma continua
a la Comisión Territorial de Patrimonio, si bien, en el caso de
las obras mayores, debe notificarlas a este órgano en el plazo previsto
y la Administración autonómica mantiene la potestad supervisora.
El plan exige
a los propietarios contribuir a la conservación del conjunto histórico
a fin de mantener los edificios que realmente presenten un interés
histórico, artístico, constructivo o morfológico,
de manera que se mejore la estética urbana, compatibilizándola
con nuevas construcciones e instalaciones e impidiendo la concentración
inadecuada de usos o actividades.
El documento
incluye propuestas de ordenación, que se ejecutarán en la
medida en de las posibilidades del Ayuntamiento, que contemplan desde nuevos
usos de las principales espacios públicos —entre éstos, la
mejora de las plazas de Santiago, San Martín y San Lorenzo, el tratamiento
de los taludes de la Peregrina, el acondicionamiento y urbanización
de los espacios públicos protegidos, la creación de aparcamientos
perimetrales y de itinerarios peatonales— y un plan director para la ruinas
del Monasterio de San Benito, que articule la intervención en fases
para la recuperación de los restos arqueológicos.
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