A partir de
ahí la tendencia es hacia un «desarrollo empresarial moderno»
que trata el espacio como «un valor añadido» capaz de
favorecer «condiciones de accesibilidad, diseño urbano (señalética,
espacios verdes, flexibilidad del parcelario), oferta de infraestructuras
avanzadas (fibra óptica, redes locales, tratamiento de residuos)
o servicios especializados (centros de empresa, centros de formación,
equipamiento deportivos)».
El estudio
contempla la reordenación de tráfico y mejora vial en el
conjunto del polígono industrial; estudiar la normativa de
usos aplicable, ya que la actual es bastante rígida (el minorista
se ha restringido por una denuncia de un particular);dada la abundancia
relativa de parcelas vacantes en las fases I y IIA, debería estudiarse
la posibilidad de obtener dichos suelos, o parte de ellos, para intentar
solucionar los déficit de dotaciones y aparcamientos.
Junto con la
puesta en el mercado de los suelos vacantes en la fase IIB, de dimensiones
considerables, se deberá incrementar la oferta de suelo industrial,
ampliando el polígono en dirección Este, entre la vía
y la N-400, dotando dichos suelos con las condiciones de infraestructuras
y servicios adecuados para actividades industriales y tecnológicas
modernas. Todo ello, en aras de mejorar la competitividad de Toledo en
materia de actividades económicas, y de posibilitar la implantación
de nuevas actividades generadoras de empleo y riqueza.
Debe estudiarse
asimismo la posibilidad de crear una conexión ferroviaria en el
Polígono, que ofrezca una alternativa de transporte de mercancías
de cara a mejorar su competitividad en materia logística.
El trabajo
hace una descripción relativamente detallada de la situación
actual. «Este polígono industrial surge como polígono
de descongestión de Madrid y se ha desarrollado en tres fases, ocupando
una superficie total de 282 hectáreas. El número de empresas
instaladas es de 400 aproximadamente, tratándose de un Polígono
con usos de servicios y comerciales mezclados, aproximadamente al 50 %,
con la industria convencional de una forma aleatoria y no sectorizada,
lo que provoca conflictos por las diferentes necesidades de cada uso, principalmente
en lo que se refiere a la movilidad y a la necesidad de aparcamientos.
La tendencia
en los últimos años es el paulatino incremento en la aparición
de medianas superficies comerciales de venta directa al público:
mueble, bricolaje, electrodomésticos, etc. Aunque hay varias empresas
multinacionales mayoritariamente se trata de empresas locales de mediano
y pequeño tamaño. Los sectores localizados en el Polígono
son diversos.
Existen actividades
del sector farmacéutico, agroalimentario, talleres de vehículos,
electrodomésticos, muebles, textil, calzado, cerámica industrial
y construcción, etc...
La tipología
edificatoria también es muy diversa, ya que cuenta de minipolígonos
e industria nido, hasta gran industria en edificación aislada. No
obstante, a grandes rasgos, se pueden distinguir dos grandes áreas
de características relativamente similares delimitadas por la calle
Guadarrama».
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