La vivienda
piloto que presentaron ArcelorMittal España y el estudio de arquitectura
madrileño Baragaño tenía una superficie útil
de 33 m2 y estaba equipada con cuarto de baño, cocina, muebles y
una azotea transitable. Su coste básico, según sus promotores,
es de 49.000 euros más los gastos derivados de la cimentación.
Las principales
ventajas de sus viviendas de acero son, por un lado, la rapidez con la
que el cliente puede disponer de su casa (se tardan aproximadamente cuatro
meses en construirla), la posibilidad de instalarla en cualquier lugar,
la posibilidad de añadir módulos complementarios y, lo más
curioso, que puede ser transportada a otro lugar.
“Estas
edificaciones están formadas por una serie de módulos de
acero fabricados en un taller. Una vez concluidos, los módulos se
transportan hasta el lugar donde quedarán instalados formando la
vivienda u oficina. Este método facilita notablemente su construcción,
genera menos residuos que los sistemas tradicionales de edificación
e incrementa la seguridad del personal que participa en los trabajos de
montaje”, explica el comunicado.
Además,
el gigante siderúrgico insiste en que “las casas y oficinas “b home”
cumplen con los criterios más exigentes del Código
Técnico de Edificación, con la nueva normativa de eficiencia
energética y tienen las mismas garantías que cualquier vivienda
de construcción tradicional”.
La presentación
de estas viviendas y oficinas modulares, construidas con el sistema "b
home", ha tenido lugar en el Centro Global de I+D que ArcelorMittal tiene
en Avilés, a cargo de Heriberto García y Francisco José
Caso, del equipo de la empresa siderúrgica, y el arquitecto asturiano
Sergio Baragaño.
Los promotores
de la idea han instalado en los jardines del Centro Global I+D una vivienda
piloto de 33 metros cuadrados, equipada con cuarto de baño, cocina,
muebles y una azotea transitable, cuyo precio básico es de 49.000
euros, más los costes derivados de la cimentación, que va
bajando a medida que el piso gana en módulos.
Ésa
es una de las ventajas de este proyecto, la rapidez entre que el cliente
la compra y se le instala donde quiera (en menos de cuatro meses) y la
posibilidad de ir añadiendo más módulos en función
de sus necesidades. Incluso puede ser transportada a otro lugar sin que
prácticamente se genere ninguna afectación al entorno.
Las casas se
construyen en un taller de Madrid con acero galvanizado procedente de la
fábrica de Avilés, que posteriormente se recubre en la factoría
de la compañía en Lesaca y se transforma en la de Berrioplano
(ambas en Navarra).
Además
de su comercialización, los promotores de este prototipo trabajan
en proyectos para otros países: residencias universitarias en Botswana
(África), y 800 viviendas de protección oficial en Chile,
donde también están previstas casas de emergencia tras el
terremoto sufrido en este país.
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