Tras los cambios
significativos que introdujo el Ayuntamiento el número de viviendas
nuevas pasó de 30.000 a 50.000, con el consiguiente aumento del
terreno urbanizable, infraestructuras, etc.
El Plan de
Ordenación Municipal vigente, que sustituye al Plan General de Ordenación
Urbana de Toledo de 1986, fue aprobado de forma inicial por el Ayuntamiento
de Toledo en el año 2006, cuando ejercía como alcalde José
Manuel Molina. La aprobación definitiva llegó un año
más tarde, por parte de la Consejería de Vivienda y Urbanismo
de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, bajo la presidencia de
José María Barreda.
Las actuaciones
incluían la multiplicación del número de viviendas
que podían construirse en la urbanización Montesión,
en el distrito de Los Cigarrales y la división de las parcelas existentes.
La asociación Entidad Urbanística de Conservación
y varios vecinos de la urbanización impugnaron ante la justicia
la aprobación, al considerar estas medidas injustificadas.
El Tribunal
Superior de Justicia de Castilla-La Mancha estimó el recurso y declaró
nulo el POM. El Ayuntamiento toledano interpuso un recurso de casación
ante el Tribunal Supremo contra la sentencia del TSJ, que fue admitido
a trámite en 2012. Sin embargo, en 2014 resultó desestimado
de nuevo. Tras esto, el Consistorio recurrió la resolución
ante el Tribunal Constitucional, que ahora ha confirmado su nulidad.
Pese a todo,
esta decisión judicial no implica la anulación definitiva
del Plan de Ordenación Municipal: aún existe la posibilidad
de suspender la sentencia mientras siga vivo el recurso de amparo que se
está tramitando también en el Tribunal Constitucional, y
que el Ayuntamiento anunció que va a mantener.
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