Otras dudas
han surgido por el diseño arquitectónico, a pesar de que
Plaza Río 2 ha sido diseñado por la prestigiosa firma de
arquitectos Chapman Taylor. Se trata de un edificio neoclásico cuya
fachada está realizada en granito rojo. El espacio interior está
conectado por un doble mall cubierto con un lucernario que potencia la
luz natural, concibiéndose todos los elementos decorativos al detalle.
El edificio además estará dotado de los sistemas más
avanzados en lo que se refiere a eficiencia energética y sostenibilidad.
Pero el problema está en su cercanía al río Manzanares
por una de sus dos fachadas principales y que afecta al barrio de Usera,
en especial las vistas del parque desde la calle Antonio López.
Tampoco ayuda
que históricamente, tanto el Plan Especial Río Manzanares
como el Plan de Renovación Urbana del entorno del río, promovidos
por el propio Ayuntamiento de Madrid y aprobados entre 2007 y 2010, mantenían
que la citada parcela debía dar continuidad a la calle Matilde Gayo
para propiciar la conexión entre el río y la ciudad. El Plan
Especial aprobado a primeros de 2014 pareció respetar estas directrices,
y establecía la construcción de una calle peatonal privada
que atravesara el solar.
En la primavera
de 2014, sin embargo, la parcela sufrió un cambio de titularidad,
siendo adquirido por la sociedad LSGIE que consiguió una modificación
del plan aprobado por los anteriores propietarios. El acuerdo consistía
en que la futura calle privada que iba a cruzar el espacio desapareció
del proyecto. A cambio, se ofrece un pasillo comercial interior cerrado
a la vía pública que dará acceso a las 180 tiendas
del complejo y cruzará hacia el parque, pero, claro, pasando por
el centro comercial. Además, el pasillo estará interrumpido
por escaleras mecánicas, patios y terrazas de los restaurantes.
En vez de tener 12 metros de ancho, como todavía obliga el último
plan especial aprobado, apenas tendrá seis en algunos puntos.
El proyecto
ha despertado la férrea oposición de vecinos de Usera, Carabanchel
y Arganzuela e incluso del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM),
que considera que la construcción «es bastante mejorable».
En las alegaciones, el catedrático de proyectos arquitectónicos
Gabriel Ruiz Cabrero, expresa que la solución lograda para el solar
es «caprichosa e injustificable, ignorando la tradición arquitectónica
de Madrid», en referencia a los 180 metros de fachada lineal de estilo
neoclásico en granito rojo del edifico, que además, «supone
una barrera visual».
El decano del
Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), José Antonio Granero, ve
“sorprendente” que “una obra con esa magnitud e impacto en la ciudad, tanto
físico como en la movilidad, no tenga un estudio de tráfico
específico” y se pueda iniciar sin licencia, lo que a su juicio
“genera una falta de garantías para todos los agentes, promotor
y técnicos, y para la sociedad en general”.
El Ayuntamiento,
por su parte, asegura que el edificio será inspeccionado antes de
su puesta en funcionamiento. Sin embargo, la ley regional permite no sólo
la ejecución de las obras sino también el ejercicio de la
actividad con sólo el compromiso del empresario de cumplir la legalidad,
por lo que la inspección municipal no sería requisito previo
para la inauguración del centro comercial.
Eso sí,
si el Ayuntamiento descubre que, una vez acabado, el edificio incumple
la normativa (por ejemplo, por resultar inseguro), podría no sólo
multar al empresario sino ordenar el derribo.
El centro tendrá
40.000 metros cuadrados de superficie comercial en tres plantas; albergará
180 tiendas y 30.000 metros cuadrados de zonas comunes; y un aparcamiento
de 1.500 plazas.
Lo promueve
la Sociedad de Centros Comerciales de España, filial de SCC, que
gestiona otros 25 complejos en todo el país y que se estrenó
con La Vaguada en 1983 (el primer gran centro en Madrid).
Tendrá
180 tiendas, entre ellas un Alcampo, repartidas en tres plantas. Tendrá
entre 1.200 y 1.500 plazas de aparcamiento. Por el momento, tiene permiso
para hacer dos plantas de garaje subterráneo, aunque aún
no se ha descartado que puedan llegar a construir hasta tres y un máximo
de 1750 plazas, según una portavoz de Plaza Río 2. La Asociación
de Vecinos Nudo Sur explica que el proyecto cuenta con un informe negativo
de tráfico, motivo por el que se habrían reducido las plazas
iniciales de aparcamiento. También habrá un espacio ajardinado
exterior, calificado como dotación pública.
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