La entidad
derrocha optimismo asegurando que el abaratamiento relativo de la financiación
y el buen desempeño de las ventas de viviendas, propiciará
el surgimiento de nuevos proyectos en zonas donde comienzan a observarse
restricciones de ofertas. Igualmente, subraya que en los próximos
ejercicios se espera que las transacciones continúen aumentando.
Esta mayor
demanda, unida a una reducción de la oferta, favorecerá que
el precio de la vivienda inicie la senda de una paulatina recuperación.
Los pronósticos apuntan a que en 2015 la inversión residencial
crezca a una tasa anual del 4,5% y que en el ejercicio siguiente alcance
el 9%, después de siete años consecutivos de contribuciones
negativas al PIB.
Considera que
el alquiler ya no va a despegar, porque ahora resulta casi más barato
comprar un piso que vivir alquilado. El mayor condicionante, en cambio,
sigue estando en los bancos. El sistema financiero sigue sin estar preparado
para dar crédito para la compra de pisos, ya que el lastre del ladrillo
que le dejó la crisis inmobiliaria pesa como una losa en los balances
de los bancos. Y es que todavía cuelgan de los balances de las entidades
financieras del orden de 83.400 millones de euros.
El mercado
laboral en la construcción continúa siendo positivo, los
datos de visados han mejorado respecto al trimestre precedente y la confianza
de los empresarios del sector volvió a aumentar con fuerza. Además,
la venta de viviendas sigue mostrando una trayectoria de crecimiento y
el indicador sintético de inversión en construcción
de vivienda revela un avance en la partida de inversión del 1,2%.
Los buenos
pronósticos que se aventuran sobre el mercado inmobiliario tienen
una parte de su base en las buenas perspectivas de los hogares que han
vuelto a mejorar en el último trimestre. Hay tres elementos que
están ayudando a que esto se produzca. El primero y más importante,
es la creación de empleo las previsiones apuntan a que en 2016 podríamos
situarnos en una tasa de paro del 20%. Un segundo aspecto sumamente relevante,
es la menor presión fiscal que está permitiendo tener más
ingresos. Y tercero, la ausencia de presiones inflacionistas. Estos tres
puntos van a contribuir de forma importante a la recuperación de
la renta real disponible de las familias.
Además,
el crecimiento previsto de la riqueza tanto inmobiliaria como financiera,
las expectativas de que los tipos de interés oficiales permanezcan
en niveles históricamente bajos y el ajuste del ahorro impulsarán
el gasto de los hogares. Así pues, la atonía inmobiliaria
parece ser que desaparece y las agencias del mercado vuelven a cobrar el
protagonismo que habían perdido. El negocio del ladrillo comienza
a tener otra cara.
Este avance,
que se manifiesta sobre todo en las áreas de mayor actividad como
Andalucía, Madrid, Cataluña, Galicia y País Vasco,
también ha derivado en una mejora de las transacciones. Así,
durante el ejercicio de 2014 el número de ventas alcanzó
un total de 15.900 transacciones, un 9,2% más que en 2013.
El resto de indicadores del mercado también se ve afectado de manera
positiva por el ritmo que marcan los fundamentos de la demanda, según
apunta el estudio elaborado por BBVA Research.
Los precios
del suelo urbano se han ajustado más de un 45% desde máximos
en este segmento y, en el balance de 2014, experimentaron una apreciación
del 5,2% en el conjunto nacional, lo que refuerza la teoría de la
estabilización del mercado.
Este avance,
que se manifiesta sobre todo en las áreas de mayor actividad como
Andalucía, Madrid, Cataluña, Galicia y País Vasco,
también ha derivado en una mejora de las transacciones. Así,
durante el ejercicio de 2014 el número de ventas ascendió
hasta alcanzar un total de 15.900 transacciones (un 9,2% más frente
a 2013), según datos facilitados por el Ministerio de Fomento.
El resto de
indicadores del mercado también se ve afectado de manera positiva
por el ritmo que marcan los fundamentos de la demanda, según apunta
el estudio elaborado por BBVA Research.
Por último,
las buenas perspectivas llegan al segmento de la construcción, donde
las estadísticas vuelven a reflejar un aumento del consumo de cemento
-el volumen creció en marzo a una tasa interanual del 8,2%-, así
como del número de licencias para construir nuevas viviendas -la
concesión de visados rompió con una racha negativa de siete
años al cierre de 2014-.
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