Las reglas
estrictas han impedido hasta hace poco el uso de la tecnología en
aplicaciones comerciales en los EE.UU. Los signos de una relajación
vinieron el año pasado cuando se concedieron permisos a algunas
compañías cinematográficas de Hollywood. Bechtel es
ahora capaz de operar el sistema de aviones no tripulados de tecnología
(UAS), también conocido como vehículos o aviones no tripulados,
para mejorar los procesos de construcción. La compañía
se ha asociado con el fabricante de aviones no tripulados Skycatch para
avanzar en la adopción de la tecnología.
"Hemos puesto
un montón de pensamiento en nuestros aviones no tripulados y su
funcionamiento, fuertemente centrado en el uso seguro y eficiente de la
tecnología", dice Christian Sanz, fundador y CEO de Skycatch. "Hemos
desarrollado una plataforma única conectado a una nube de análisis
en tiempo real, y con controles geográficos preprogramados para
una operación segura y el cumplimiento de los anuncios de vuelo."
La autorización
de la FAA concede con la Sección 333 de la FAA 2012 Modernización
y Reforma se basa en la tecnología UAS y el software que acompaña
desarrollado por Skycatch. La tecnología reúne datos en tiempo
real y proporciona análisis de datos necesarios para mejorar la
eficiencia de la construcción en proyectos grandes y complejos.
Skycatch utiliza un sistema de alimentación automatizado patentado
que se recarga automáticamente durante el funcionamiento, lo que
permite aviones no tripulados para volar largos períodos de tiempo.
El sistema puede llevar a una variedad de sensores como cámaras
de alta definición, escáneres infrarrojos, sensores térmicos,
y monitores de radiación.
Bechtel se
asoció con Skycatch en 2013 para desarrollar aún más
la plataforma de UAS de la empresa y su integración en los sistemas
y procesos de Bechtel. Los datos recogidos ahora se pueden almacenar en
una nube, se analizan dentro de software de diseño y construcción
de los requisitos de Bechtel, y ver en múltiples dispositivos de
los equipos en el lugar. Las empresas demostraron la viabilidad de la tecnología
en uno de los mayores proyectos de GNL en Australia.
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