La delegada
de Urbanismo, Paz González, señaló que las obras realizadas
que han derivado en la paralización temporal «aparentemente
son autorizables», con lo que implícitamente sugirió
que la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid
probablemente no encontrará objeciones a lo derribado.
Según
el informe de Urbanismo, la constructora se ha excedido y ha demolido los
pilares interiores, vigas y apoyos de la primera crujía en los edificios
de Alcalá 14 y Canalejas; el forjado de la sexta planta (la cubierta
original) y la escalera de la primera crujía de Alcalá 14;
los forjados de todas las plantas en un tramo de Alcalá 12 y 14;
todas las plantas de forjado de la primera crujía entre Alcalá
14 y Canalejas; y el forjado del llamado patio de operaciones.
En OHL, por
su parte, explican que han presentado un recurso de reposición ante
el Ayuntamiento de Madrid en el que argumentan que todas las actuaciones
realizadas «están amparadas en las licencias» municipales
en vigor. «Se están debatiendo cuestiones muy técnicas,
pero lo que no se ha hecho ha sido eliminar ni causar daños a ningún
elemento protegido», afirma un portavoz de la compañía
de Juan Miguel Villar Mir.
El representante
de UPyD en la Comisión de Urbanismo, Mariano Palacios, critica que
la primera inspección a las obras se realizara en el mes de octubre,
«cuando ya se detectó que habían demolido un techo
de pizarra que no estaba autorizado», y que no fuera hasta cinco
meses después cuando se decretara la suspensión cautelar
de los trabajos. «Esta forma de actuar me parece de una auténtica
frivolidad, porque al margen de la sanción económica, si
se tiran abajo elementos protegidos es obvio que no se puede reconstruir»,
se lamenta el edil 'magenta', que piden que se «intensifiquen los
controles» sobre todo en «obras muy sensibles como ésta».
OHL proyecta
convertir los seis edificios ubicados en la plaza de Canalejas y en los
números 6, 8, 10, 12 y 14 de la calle de Alcalá, junto a
la Puerta del Sol, en un complejo hotelero y comercial de lujo. Unificará
los seis bloques en uno, que albergará un hotel de cinco estrellas
de la cadena Four Seasons, con 215 habitaciones y 26.000 metros cuadrados
de superficie; 35 pisos de lujo con una planta total de 6.000 metros cuadrados,
y un centro comercial de 16.000 metros cuadrados dividido en tres pisos.
La constructora
compró los inmuebles en 2012 al Banco Santander por 215 millones
de euros; el coste de la obra, a cargo del estudio de arquitectura Lamela,
asciende a 285 millones. En diciembre, el Grupo Villar Mir obtuvo un crédito
de 268 millones de euros, en la mayor operación de financiación
otorgada en España a un proyecto inmobiliario en los últimos
años. Ese crédito prevé que la construcción
se alargue hasta tres años, pese a que, en un principio, Villar
Mir dijo que las obras acabarán en otoño de 2016.
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